BOSTON, Reuters
Rituxan, un medicamento usado para tratar el cáncer y la artritis reumatoidea, podría ayudar a desacelerar el desarrollo de la diabetes juvenil o tipo 1, informaron investigadores. El fármaco interferiría en la destrucción equivocada que realiza el organismo de las células productoras de insulina en el páncreas, señalaron los expertos en New England Journal of Medicine.
“Lo que este estudio hace es abrir la puerta a toda una nueva forma de enfocar la diabetes tipo 1”, dijo en una entrevista telefónica el doctor Mark Pescovitz, de la Indiana University, quien dirigió el estudio. Rituxan, conocido genéricamente como rituximab, es fabricado por Genentech, una unidad de Roche Holding AG y Biogen Idec Inc. Fue diseñado para eliminar las células inmunes conocidas como linfocitos B, que proliferan fuera de control cuando una persona padece linfoma.
Las mismas células también están involucradas en la destrucción autoinmune de células y tejidos saludables que se produce en los pacientes con artritis reumatoidea y, en teoría, en la diabetes juvenil. Generalmente, para el momento en que aparecen los síntomas de diabetes, el 80 al 90 por ciento de esas células productoras de insulina se han destruido. El equipo de Pescovitz administró Rituxan con la esperanza de salvar a las células restantes. El tratamiento primero funcionó y el organismo generó más insulina.
Pero con el tiempo, el efecto se desvaneció y la producción de la hormona reguladora del azúcar en sangre comenzó a decaer a la misma tasa que entre las personas que recibían placebo. Pescovitz dijo que no estaba desilusionado. Nuevas pruebas mostrarán si tratamientos reiterados con Rituxan o medicinas más nuevas que también apunten a los linfocitos B logran mantener la producción de insulina.
“Cuando se observa el rituximab en pacientes con artritis reumatoidea, los pacientes requieren nuevas dosis con intervalos de cuatro a seis meses”, indicó el autor. Eso no se puso a prueba en este estudio, dijo Pescovitz, porque “en ese momento, no sabíamos si funcionaría y si sería seguro. Por lo que apuntamos a un plazo de un año y un tratamiento de una sola dosis del fármaco.
Obtuvimos lo que esperábamos ver”. Alrededor de 15.000 niños y adolescentes en Estados Unidos son diagnosticados anualmente con diabetes tipo 1, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés). Esta forma de la enfermedad representa alrededor del 5 por ciento de los casos de diabetes en todo el mundo.