Las delegaciones del gobierno de Colombia y la guerrilla FARC retomaron este lunes las negociaciones de paz en La Habana, tras días de tensión por una nueva escalada en el conflicto armado interno en ese país, que ha dejado más de 30 rebeldes muertos.
Las negociaciones recomenzaron en un ambiente de tensión y se desarrollan nuevamente en medio de combates en Colombia -tal como al inicio de las pláticas de paz, en noviembre de 2012-, pues ambas partes echaron pie atrás en medidas unilaterales de desescalamiento, que habían permitido reducir los enfrentamientos y las bajas.
“Escalar la guerra no es el camino”, dijo a la prensa el comandante guerrillero Pablo Catatumbo, quien admitió que “los luctuosos acontecimientos ocurridos la semana pasada son un paso atrás en lo avanzado hasta ahora en la mesa (de diálogo) de La Habana”, que busca terminar un sangriento conflicto de medio siglo.
La delegación de paz del gobierno no formuló declaraciones a la prensa al reanudarse el diálogo.
Las conversaciones fueron interrumpidas el viernes, tras un bombardeo de las fuerzas militares a un campamento de las FARC el día anterior en Cauca (suroeste de Colombia) , al que siguió otro ataque el sábado en Antioquia (norte) .
Ese día las delegaciones se aprestaban a anunciar el inicio de un programa conjunto de desminado, pero ese proceso ha quedado en suspenso.
En sus declaraciones, Catatumbo dijo que en los dos ataques de la semana pasada murieron 37 guerrilleros (27 en Cauca y 10 en Antioquia), pero el gobierno ha informado por ahora de 36 (26 y 10).
El ataque de Cauca condujo a la guerrilla comunista el viernes a suspender un cese el fuego unilateral decretado en diciembre.
Ese bombardeo ocurrió en la misma región donde murieron 11 militares en una embocada de las FARC, el 15 de abril, en medio de la tregua unilateral.
Tras la emboscada a los militares, el presidente colombiano Juan Manuel Santos autorizó reanudar los bombardeos a bastiones de las FARC, que había suspendido en marzo para desescalar el conflicto, que ha dejado 220.000 muertos y seis millones de desplazados, según cifras oficiales.