Entrevista a alias Joaquín Gómez, comandante del Bloque Sur de las FARC. Foto: AFP
EL COMERCIO llegó a El Diamante, una región en la selva colombiana, en donde se realiza la última conferencia en armas de las FARC. Allí, entrevistó a alias Joaquín Gómez, comandante del Bloque Sur y uno de los delegados en las negociaciones de paz con el gobierno de Colombia, en La Habana, Cuba. Los asesores de este jefe guerrillero permitieron 10 minutos de diálogo y este es el resultado de ese breve encuentro.
El presidente Rafael Correa ha calculado que un 20% de guerrilleros no dejaría las armas tras la paz y hay el temor de que activen grupos delictivos. Por eso ha pedido a las FF.AA. ecuatorianas reforzar la frontera norte. ¿Eso puede ocurrir?
No, eso no va a pasar. Hasta ahora no hay disidentes.
Pero ya se habla de problemas en el denominado Frente número 1… O sea, hay uno por ahí que ha tomado una posición distanciada de la dirección de las FARC, pero es una cuestión minoritaria, muy distante de la frontera con Ecuador, y eso no va a tener mayor incidencia, y con el tiempo tendrá que diluirse ante la fuerza de los acontecimientos.
Usted comanda el Bloque Sur, la zona que limita con la frontera ecuatoriana. ¿La paz cómo beneficia al Ecuador?
Pienso que terminarán los desplazamientos masivos que se estaban dando de colombianos a Ecuador, debido a enfrentamientos del Ejército y nuestra organización.
Pero no solo hay desplazados colombianos en Ecuador. El año pasado detuvieron en Sucumbíos a seis personas vinculadas con las FARC. Este año fue capturado uno más. La versión oficial señala que eran cabecillas del Frente 48 y que coordinaban tareas del narcotráfico en la zona. ¿Es así?
Lo que pasa es que hay muchos desertores que se quedan viviendo en Lago Agrio y se dedican a actividades delincuenciales. Entonces, cuando los capturan dicen que son del Frente 48. O, a veces, simplemente, los agentes que los capturan, siguiendo directrices superiores o foráneas para desprestigiar a nuestro movimiento.
¿Con qué fin?
Para que en Ecuador se diga que somos un grupo delincuencial y que vivimos del narcotráfico.
¿Eso no es así?
Eso está descartado.
El 26 de septiembre se firma la paz y ustedes entran legalmente a la vida política. ¿Van a tener acercamientos con el presidente Correa?
Vamos a tener acercamientos con todos los presidentes hermanos de Bolívar, del continente. Indiscutiblemente cuando dejemos las armas estableceremos relaciones con todos los presidentes de los países hermanos.
¿Ecuador en qué puede colaborar para la era postconflicto?
Del pueblo ecuatoriano seguramente vamos a necesitar de su esfuerzo, de su aporte, para que los acuerdos se cumplan. Como somos pueblos vecinos, hermanos de Bolívar, estamos unidos como por un cordón umbilical. Somos conscientes que, cuando se firme la paz, uno de los principales beneficiados va a ser Ecuador, que tan generoso ha sido dándole asilo a tantos colombianos, sabiendo la incidencia que eso tiene en la economía del Estado y de su Gobierno.
Pero en el caso ecuatoriano ustedes también han protagonizado hechos que han terminado en enfrentamientos.
Mire, hace unos cuatro años, en La Bermeja (Ecuador), el Ejército ecuatoriano cogió a los nuestros a plomo y mataron a un muchacho, que le decíamos Caliche; muy bueno, un odontólogo.
¿No hubo fuego cruzado en ese momento?
La orden que tenían (los guerrilleros) es que en contra del Ejército ecuatoriano no se podía ni se debía disparar, independientemente de las circunstancias que se dieran. Y en el caso que le menciono todos los hombres estaban desarmados.
¿Y qué pasó?
El parte que dio el Presidente (Correa) es que hubo fuertes combates entre el Ejército ecuatoriano y las FARC, pero nosotros no disparamos un solo tiro.
¿Se equivocó?
Lo que él dijo estaba totalmente distanciado, divorciado de la realidad.
Finalmente, ¿en las FARC hay ecuatorianos?
Que yo sepa no. Las FARC es un grupo muy grande y pueda que un muchacho entre en un frente o bloque, pero algo generalizado no.