Joven de 16 años dice ser la 'Ana Frank' de la guerra en Gaza

Graba el sonido de los drones desde la penumbra de su habitación, reporta cómo destruyen un edificio cercano y el estruendo que causan las bombas al caer, algunas solo con 6 minutos de diferencia entre sí. Farah Baker le dice al mundo que es la Ana Frank moderna. Tiene 16 años y vive en Gaza, desde donde muestra a través de Twitter (@Farah_Gazan) cómo es su vida en medio del conflicto. Esta es la tercera guerra que experimenta en su corta vida, y como dice en un tuit, cree que “ya es suficiente”.

Ha pasado de tener 800 seguidores a narrar su vida diaria para más de 200.000 usuarios, que retuitean sus mensajes un promedio de mil veces. Pero la fama no le interesa, cuenta en una entrevista con la cadena Sky News: “No pertenezco a ninguna facción, solo soy un testigo que distribuye su mensaje al mundo. No quiero ser famosa, solo quiero que sepan qué está pasando, y agradezco el apoyo que me dan”.

Casi todas las fotos las toma desde la ventana de su habitación, igual que los videos temblorosos en los que aparecen vidrios rotos y edificios bombardeados. Con ellos describe, en inglés, cómo son el humo, las llamaradas que ve o el temor con el que asoma su celular para tomarlas. Pero asegura que lo hace “porque es la única manera de ayudar a Gaza”.


Una historia en imágenes

A Farah le encantan las fotos. Antes de la guerra, su lente solía retratar la naturaleza, el mar, la gente divirtiéndose, y muchas de sus imágenes recrean la vida cotidiana de los gazatíes.

Ahora toma fotos de los edificios bombardeados y da la hora y las coordenadas específicas, manteniendo una especie de registro que ayuda a periodistas y organismos internacionales a tomar precauciones.

Su padre es neurocirujano en el hospital Al Shifa, cerca de su casa, y eso le ha ayudado aún más a acercar su realidad cotidiana. En una foto, por ejemplo, Farah muestra la mano de su padre sujetando un fragmento del cerebro de un niño de 9 años. Y en la foto siguiente aparece el carro que quemaron frente a la puerta de su edificio.

“Escribo de todo, por ejemplo cuando me encuentro con una amiga. Me encantan las fotos y me gusta subir fotos con gente en sus vidas cotidianas. No me gustan la guerra ni la sangre, así que sigo enviándole mensajes al mundo pacíficamente. Les diría que deben parar esta guerra y parar las armas, que nos están matando”, dice en la entrevista televisiva, en la que comparte sus sueños de viajar a España y ser abogada para defender a su pueblo.

Aunque Farah confiesa que también tiene miedo de los bombardeos y de seguir tuiteando. En una ocasión incluso se excusa porque la foto está muy oscura: “Humo denso visto desde mi casa ahora. No está claro para ustedes porque no puedo prender el flash; si lo hago, ellos me bombardearán”.

“A veces tuiteo mientras lloro o estoy demasiado asustada, pero me digo a mí misma que no debo parar”, señala.

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