Familias visitaron parques de Quito en el primer sábado en semáforo amarillo

Personas en el Parque Bicentenario de Quito buscando un momento de esparcimiento. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Personas en el Parque Bicentenario de Quito buscando un momento de esparcimiento. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Personas en el Parque Bicentenario de Quito buscando un momento de esparcimiento. Fotos: Diego Pallero / EL COMERCIO

El reto de volver a la normalidad sin contacto con mascarilla y disfrutar de un rato al aire libre es complicado pero no imposible para las familias que este sábado 6 de junio del 2020 salieron por primera vez tras casi de 12 semanas de confinamiento por la emergencia sanitaria en Quito.

"¡Nos sentimos libres!", dijo riendo, Sandro Molina, al llegar a una de las áreas de juegos infantiles del Parque Bicentenario de Quito, junto a sus hijos Alexis, de 15 años, Romina, de 7 y su esposa, Carla Romero.

Su viaje fue desde Llano Grande, en la primera salida familiar después de 82 días sin dejar la casa. Eligieron este parque por ser uno de los más grandes. Carla señala que así pueden sentirse un poco más tranquilos. Pero al llegar, supieron que no podían ingresar al parqueadero, así que dejaron el auto en una calle cercana.

El tiempo de encierro les enseñó que deben tener precauciones así que la mascarilla estuvo siempre en sus rostros. La madre solo le ayudó a Romina a sacarse el visor, para que tuviera menos calor. Pero le advirtió que el sombrero y el cubrebocas de quedaban.

La alegría era tal que los cuatro jugaban como niños de similar edad, intentando avanzar en la escalera china. Carla estaba pendiente de que nadie más estuviera cerca.

Pero hubo algo inquietante en esa mañana de parque. Tanto esta familia como otras pocas que fueron al Bicentenario, no podían evitar mirar el Centro de Convenciones Metropolitano, convertido temporalmente en Centro de Atención Temporal Quito Solidario. El hospital temporal y las morgues móviles que se acondicionaron allí son muy grandes y es difícil ignorarlas. Por eso, la gente prefería alejarse para tener un momento de esparcimiento.

Otros parques como el Inglés, tuvieron más acogida, aunque no había demasiada gente. En cambio, el Parque Italia, El Ejido y La Alameda lucían desolados. Estos dos últimos tuvieron pocos visitantes que caminaban en los alrededores. En El Ejido, pocos visitantes se aventuraban a ciclear cerca o entrar por algún sendero.

Era evidente que el césped fue recientemente podado. Había montículos del exceso que fue cortado, al igual que algunas ramas de los arbustos del lugar.

Una zona de descanso, con bancas y una cubierta,cerca de la salida hacia la avenida 10 de Agosto, era la zona más concurrida.

Personas en el Churo de La Alameda de Quito.

En La Alameda contadas personas circulaban. En lo alto del Churo, una familia tenía su primer día de juegos al aire libre. Eran Isabela , de 7 años, Zoe, de 10, y Consuelo, su madre.

Las tres jugaban con su mascarilla y la pequeña Isabela usaba en frasco de alcohol como un juguete para chisguetear a su hermana mayor. Estaban felices después de unas horas de dar una vuelta alrededor del parque. Fue la primera vez en 82 días en que se tomaron unos helados, luego de ver qué no hubiera gente cerca que pudiera ponerlas en riesgo de contagios.

Personas pasean en sus bicicletas en el Parque El Ejido de Quito

"Es el primer día que salimos. Tenemos temor porque no fuimos a ningún lugar desde el confinamiento. Vivimos en una casa sin patio y noté que las niñas se sentían estresadas. Antes solo balconeaban y nada más. Como vivimos cerca, aprovechamos que no hay mucha gente para salir", cuenta Consuelo.

Así tuvieron un respiro luego del encierro en el que buscaron formas de distraerse cocinando, haciendo ejercicios y manualidades. Por ahora, está salida fue un alivio. Solo si se aseguran de no haya mucha gente otro día, volverán a salir. Para ellas, sentirse a salvo es importante.

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