27 000 familias cuencanas viven en extrema pobreza

En el barrio cuencano de Cayambe viven 73 familias en condiciones de extrema pobreza, según la Prefectura azuaya. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

En el barrio cuencano de Cayambe viven 73 familias en condiciones de extrema pobreza, según la Prefectura azuaya. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

En el barrio cuencano de Cayambe viven 73 familias en condiciones de extrema pobreza, según la Prefectura azuaya. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

Lineida Castillo. Redactora (I) lcastillo@elcomercio.com

Casi en la cima de la montaña hay una decena de viviendas construidas con pedazos de madera, plástico, zinc... Esta zona pertenece al barrio Cayambe, en el norte de la capital azuaya. En ese sitio viven 73 familias en condiciones de extrema pobreza, según un estudio del Gobierno Provincial de Azuay. En el resto del cantón Cuenca se contabilizaron 27 000 que viven con menos de USD 2 al día.

En total son 135 000 personas que viven esas condiciones en el cantón, que tiene 505 585 habitantes. En el barrio Cayambe, Blanca Guachichulca, de 62 años, vive con sus tres hijos casados. La mayor es María Orellana, de 24 años, quien a su vez tiene cuatro hijos.

Ellos subsisten con lo que gana Orellana vendiendo dulces en las calles. “Hay días buenos que gano hasta USD 4”. Su casa es de adobe y tiene solo dos habitaciones angostas que sirven de cocina y dormitorio.

La estructura está cubierta con pedazos de zinc, hojalatas y tablas viejas. Cuando llueve el agua ingresa por todos lados. El piso es de tierra con declives y las tres camas están niveladas con pedazos de madera.

Adentro todo está improvisado: una tabla sostenida con piedras a los extremos hace las veces de una banca para que se sienten y coman. En lugar de una cocina tienen un reverbero. El pasado viernes, Guachichulca mezcló un litro leche con agua para que alcanzara para el desayuno de la familia.

A Guachichulca le resulta imposible conseguir trabajo. Su yerno es albañil y lleva dos meses desempleado. En una esquina de la casa se improvisó un taller para arreglar cualquier objeto que le regalan o encuentra entre la basura.

Hasta hace 5 años recibía el bono de USD 50 que entrega el Gobierno, pero le suspendieron. “No sé por qué y el dinero lo utilizaba para pagar la luz y el agua. A veces lloro a escondidas porque mis hijos también heredaron esta pobreza”.

Para la viceprefecta María Cecilia Alvarado, la pobreza está vinculada con la mujer. Ella pone como ejemplo que, en la actualidad, el hijo de una madre soltera adolescente tiene el 28% de posibilidad de vivir en extrema pobreza y si es niña un 30% adicional de ser madre adolescente. “Las madres somos quienes nos quedamos con los hijos”.

La vida de Blanca Guachichulca y de su hija María Orellana es un ejemplo. Ambas se casaron a los 16. En su barrio hay otras familias como los Sanmartín, Guallpa, Criollo… que viven en condiciones casi similares a los Guachichulca.

El Gobierno Provincial de Azuay creó hace dos años el programa Crecer, que consiste en entregar un litro de leche diario a las familias que viven en estas condiciones de pobreza. En total se benefician 7 600 familias de 113 barrios del cantón Cuenca. En los dos años han invertido USD 5,3 millones.

Según Alvarado, el próximo año prevén llegar a 21 000 familias y “de esta forma también ayudamos a los pequeños ganaderos del cantón a quienes les compramos el producto”. La leche se procesa a través de su empresa Lacjubones.

En el barrio Cayambe 73 familias reciben este producto, confirmó el presidente de la zona Luis Guachichulca. “Es un beneficio que ayuda para que puedan subsistir”.

María Guiracocha tiene 69 años y vive con su hija, María Astudillo, de 35, y tres nietos, rentando dos cuartos en la ciudadela Jaime Roldós, en el norte de Cuenca. Pagan USD 75 mensuales por el arriendo.

Astudillo limpia las calles. “Me da pena porque a mi hija no le alcanza lo que gana”, se lamenta Guiracocha.

El pasado viernes solo tomaron un vaso de leche como desayuno y Guiracocha preparó de almuerzo arroz con papas. Con esa comida se fueron a clases sus tres nietos de 9, 11 y 13 años. "Nunca nos acostamos sin comer, aunque sea solo arroz porque la carne llega de suerte”, dice Guiracocha.

Para la Viceprefecta, con la leche está ayudando a un mejor desarrollo mental y físico de los niños de hasta cinco años, principalmente. Los beneficiarios coinciden en que con el producto que reciben garantizan un mejor desayuno.

Pero para el sociólogo, Marco Salamea, ninguno de estos programas resuelve las causas estructurales de la pobreza extrema de las familias, porque son asistencialistas, y en algunos casos clientelares. “Están combatiendo los síntomas, pero no las causas”.

Para él, el Estado debería desarrollar programas productivos. En la actualidad, la Prefectura tiene listos otros dos programas sociales para las familias pobres. Se trata de un banco de alimentos y una campaña de donaciones.

En contexto
La Prefectura de Azuay realizó el levantamiento de fichas socioeconómicas de las familias que viven en extrema pobreza en el cantón Cuenca para impulsar proyectos sociales. 7 600 reciben un litro de leche diario para mejorar el desayuno de los niños, principalmente.

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