De izquierda a derecha: Rodrigo Heredia Pérez, abogado de la familia de la alumna fallecida; Óscar Bonilla, padrastro de la víctima y Silvia Reyes, madre de la joven, acudieron esta tarde a la Fiscalía para unirse a la investigación por el caso Centralazo. Foto: Diego Bravo/ EL COMERCIO
Eran las 05:00 del sábado 23 de noviembre del 2019 en España cuando Johanna Orbe tomó su teléfono móvil y se encontró con 61 llamadas perdidas procedentes de Ecuador. En esos momentos, la joven de 19 años entró en desesperación y se comunicó inmediatamente con su madre Silvia Reyes que vive en Quito.
Ella le dio la mala noticia que su hermana Gabriela murió la tarde del viernes 22 de noviembre del 2019 en el concierto denominado Centralazo que se organizó en el estadio de la Universidad Central del Ecuador (UCE). Lo primero que hizo la joven que estudia en Europa fue tomar el primer vuelo que encontró disponible para viajar al país a despedirla.
“Mi ñaña siempre tenía una sonrisa y procuraba que todos seamos felices. A veces pasábamos por cosas difíciles y nunca dejó de apoyarme”, cuenta Johanna. Recordó que, a futuro, ambas tenían previsto reunirse en Europa y trabajar juntas luego de que Gabriela terminara sus estudios de la Universidad Central.
Por este hecho, la Fiscalía de Pichincha inició dos investigaciones previas. La primera es por homicidio culposo, tras el atropello de la joven que falleció. Otras 20 personas resultaron heridas por la estampida, mientras cientos de ciudadanos intentaban ingresar en el recinto para asistir al espectáculo.
La segunda se relaciona con el hecho de que el evento no contaba con la autorización de la Intendencia de Policía de Pichincha. El delito a indagar es el de incumplimiento de decisión legítima de autoridad competente.
Ante eso, la familia de la víctima acudió la tarde de este martes 26 de noviembre, a la Fiscalía de Pichincha. Su abogado, Rodrigo Heredia, informó que se presentó un escrito para participar en la investigación que inició esa entidad ya que la prioridad es conocer lo que pasó. “Señalamos casillero judicial y como denunciantes del hecho lamentable que aconteció”.
Los allegados de la víctima solicitaron a las autoridades que el caso no termine en la impunidad.
Para el profesional, en lo acontecido durante el Centralazo hubo un concurso de delitos como homicidio culposo, negligencia y no acatar las decisiones de autoridad competente. “De acuerdo con las informaciones que la Intendenta de Pichincha dio a los medios de comunicación, afirma que un día antes se les comunicó a los organizadores que este evento no podía darse”.
La madre de Gabriela llora al pensar en lo que pasó ese día. Recuerda que su hija estaba muy emocionada y compró el boleto para asistir al Centralazo con un día de anticipación. El pasado viernes, salió de su casa en el sur de Quito a las 06:30 y tuvo clases hasta el mediodía. Luego, ambas se comunicaron por WhatsApp.
Un incidente dejó una persona fallecida y 20 heridas en uno de los accesos al estadio de la Universidad Central donde se realizaba el concierto Centralazo, el 22 de noviembre del 2019. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
“Le pregunté ¿hija cómo te va? ¿qué tal el programa? Me dijo mami todavía no he asistido, estoy yendo a reunirme con mis amigas. Almorzaremos y luego vamos al programa. Le dije que tiene permiso hasta las 20:30. Me contestó que no me preocupara y eso es lo último que supe de ella”, recordó la madre de Gabi.
Horas después, la mujer recibió la llamada de una vecina para indicarle que se registró una emergencia durante el espectáculo artístico y que su hija resultó afectada. En esos instantes, todavía no se confirmaba que la chica había muerto. Reyes salió del trabajo y acudió al estadio de la Universidad Central. El tráfico era lento y pesado en la avenida Mariscal Sucre, a la altura de los túneles, debido a la lluvia y porque el evento artístico generó caos vehicular en las vías aledañas al centro de educación superior.
Eso la desesperó más conforme avanzaba el tiempo, también se acrecentaba la incertidumbre de conocer lo que ocurrió. Al llegar, la madre recuerda que se encontraba con jóvenes que caminaban en estado de embriaguez junto al estadio. Desesperada, quería saber quién estuvo con su hija y finalmente una amiga de Gabriela se comunicó por teléfono para darle la mala noticia. Estalló en llanto y se movilizó lo más pronto posible hasta llegar al escenario deportivo. Allí se encontró con el cadáver de su hija sobre el piso, cubierto por una manta.
Su pareja, Óscar Bonilla, la acompañaba. Al principio, tenía la esperanza de encontrarla con vida, pero finalmente constató la tragedia. Se acercó a la intendenta de Pichincha, Daniela Valarezo, quien le explicó que se debía realizar el levantamiento del cadáver y posteriormente llevarlo a Medicina Legal.
Cuestionó la falta de controles de parte de las autoridades. “Me parece que este asunto se les salió de las manos. Si es que las autoridades de la Universidad Central aprobaron que la FEUE haga este evento, tenían que haber inspeccionado con una comisión, supervisar que las cosas se cumplan como ellos supuestamente dijeron que las habían realizado”.
Con lágrimas en sus ojos, Reyes recuerda el diálogo que tuvo con el médico forense que realizó la autopsia de su hija. Le informó que la chica perdió la vida por asfixia. Antes de la estampida, la joven universitaria estaba con el estómago lleno de lo que había almorzado y los alimentos ingresaron a los pulmones, obstruyéndole la tráquea.
Cuatro días han transcurrido de esos incidentes y en la Universidad Central se vive un ambiente de hermetismo e incertidumbre. En las afueras de las instalaciones en donde funciona la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) hay un cartel con el mensaje: “Nadie será perjudicado. Atención. Reembolsos no se darán hoy, es necesario guardar luto universitario por el fatal acontecimiento. Estar pendientes de la FEUE UCE en Facebook. Se darán indicaciones de cómo proceder. Gracias”.
En los exteriores de la FEUE se colocó un cartel, en el que los organizadores dan indicaciones sobre la posible devolución de los boletos del concierto Centralazo. Foto: Diego Bravo/ EL COMERCIO
Las personas que se encontraban allí no dieron declaraciones, simplemente indicaron que para el miércoles 27 de noviembre, a las 10:00, está prevista una rueda de prensa para informar sobre todo lo relacionado al Centralazo y las medidas que van a tomar.
Fausto Torres acudió este martes 26 de noviembre con un boleto del espectáculo para pedir el reembolso de lo pagado. “Mi hijo compró un tiquete. Como padre de familia pido de manera muy comedida a la FEUE que el dinero que recibieron sea devuelto en su totalidad a los estudiantes y a quienes participaron en el evento”. El hombre dijo que estará pendiente de la rueda de prensa y las redes sociales para conocer los pasos que debe seguir para recuperar lo invertido.
Los familiares de la víctima solicitaron a la Fiscalía que actúe con celeridad en este caso y que se haga justicia. Aseguran que murió una chica sana, con metas y aspiraciones. De hecho, Gabriela planificó estudiar Ingeniería en Sistemas una vez que terminara la carrera de Contabilidad y Auditoría.
Su madre recuerda que cursaba el segundo nivel de esa facultad y tampoco descartaba dedicarse de lleno a esa actividad junto a su padre. “Yo conozco este evento (Centralazo), pero nunca me imaginé que no se haya tomado los controles necesarios (…) Es un espectáculo en el que los jóvenes estaban al desamparo, no tenían seguridad de volver a casa”, manifestó Johanna.
La Intendenta de Pichincha aseguró que hubo reuniones la semana pasada con los representantes de la FEUE. Ocurrió luego de que ellos remitieron un comunicado al Ministerio de Gobierno, informando que iban a realizar el show.
“Les indicamos cuáles son los requisitos para obtener un permiso. Ellos de manera frontal indicaron que no querían la presencia de la Policía dentro de su establecimiento aduciendo la autonomía universitaria que ellos consideran era suficiente para organizar un evento sin un contingente policial”.
Luego, la tarde del 21 de noviembre, desde la Intendencia se contactaron nuevamente con uno de los organizadores. Le entregaron una resolución en la que se le advirtió que para realizar espectáculos se requiere autorizaciones.
A esto se suma que un día antes del Centralazo igualmente les indicaron que no podían realizarlo, según Valarezo. “El día viernes (22 de noviembre), en horas de la mañana, un contingente de 250 policías estuvo en los exteriores de la Universidad Central con el Comisario dispuesto a hacer una suspensión del evento. Sin embargo, en ese momento, era negativo ingresar con un contingente de policías porque había alrededor de 7 000 personas consumiendo licor dentro del establecimiento universitario”.
Eso ocurrió a las 10:30. “El Comisario ingresó con un policía hasta la puerta principal y nos dimos cuenta de la actitud violenta de los estudiantes. No pudimos acceder al estadio. Además vimos que la cantidad de gente era mucho más grande de lo que dijeron (los organizadores)”. En esos momentos –indicó la funcionaria- el mal menor era que los uniformados se retiren y que realicen un operativo de control del orden público en los exteriores.
Luego de la emergencia se efectuó un desalojo a las 18:00. Para Valarezo, lo que ocurrió se enmarca en un incumplimiento de orden legítimo de autoridad competente. “Ya puse en conocimiento de la Fiscalía esto para que ellos tomen la determinación necesaria sobre la responsabilidad de lo que sucedió”.