Redacción Guayaquil
No es un mito que todo jugador que llega a Barcelona sienta la presión por obtener resultados inmediatos. Los 12 años sin títulos han provocado que la hinchada se vuelva más exigente con los futbolistas y con los dirigentes.
Esa presión no se queda únicamente en la cancha de fútbol, en los entrenamientos o en el camerino. Las familias de los jugadores también la sienten desde la casa.
Los comentarios y críticas duras que se emiten en los medios de comunicación y los que escuchan cuando salen a la calle también afectan el entorno familiar.
Segundo Matamba ha sido práctico en ese sentido. El zaguero esmeraldeño prohibió a su esposa y a sus hijos ver y escuchar programas deportivos.
“Mantengo a mi familia al margen de mi trabajo. Por el momento que atraviesa el club, es difícil escuchar en los medios de comunicación algo positivo sobre Barcelona y sus jugadores”, dijo Matamba.
La familia del volante argentino Hernán Encina ha sentido en la última semana “un bajón anímico”, según el jugador. Todo surgió después de las críticas que cayeron sobre el equipo luego del empate 1-1 contra el Deportivo Cuenca en el Monumental.
“La situación no es fácil para mi esposa y mis hijos porque también las críticas los aturden”, reveló el mediocampista torero.