La estación Río Coca de la Ecovía el sábado 5 de octubre del 2019. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Tras el anuncio de la suspensión del paro, en Quito no se reanudaron las actividades con normalidad por la falta de transporte público en todas las rutas.
Los ciudadanos acudieron a las estaciones de transporte municipal, pero se encontraron con la noticia de que los alimentadores no estaban operativos.
Mishel Montalvo llegó en el circuito troncal de la Ecovía a la estación norte, ubicada en la Río Coca para trasladarse hacia la casa de su hermano, en Carapungo, pero no encontró alimentador para esa zona.
Acompañada de sus dos hijas buscó opciones para movilizarse fuera de la estación pero solo hubo taxis, así que decidió regresarse a su casa. Otros optaron por pagar carreras de taxi entre varios.
La Empresa de Pasajeros de Quito confirmó que las rutas alimentadoras suspendieron su servicio por cierres viales y riesgo en la circulación. Sin embargo, permanecieron habilitados todos los circuitos de las troncales de la Ecovía y Trolebús.
En el norte y sur de Quito hubo aglomeración en las paradas, a la espera de que lleguen unidades de transporte. Hay quienes se trasladaron en camiones y camionetas en sectores como Quitumbe, hacia El Tejar, o desde este punto hacia el norte de la ciudad.
En el sector de El Condado, taxistas cobraron hasta USD 15 por una carrera a Pomasqui. Una usuaria que realiza constantemente ese trayecto señaló que el precio es de máximo USD 8.
Hasta la avenida Mariscal Sucre y calle Francisco Rumiurco llegaban camionetas y pequeños camionetas repletos de pasajeros, que pagaron USD 1,50 desde el Tejar.
En el sector, furgonetas y carros particulares ofrecían carreras hacia sectores cercanos como La Roldós, por 0,50.
El mismo escenario se vivió en el exterior del Condado Shopping. Moradores de sectores como Pomasqui, San Antonio y Mitad del Mundo se peleaban por subir a autos, taxis y furgonetas que los llevaban hacia sus destinos por USD 1 y USD 1,50.
Al inicio del día sí hubo buses, aseguró Mario Calvache, quien salió de su casa a las 10:00, en un Mitad del Mundo, y pagó USD 0,35 por el pasaje, pese a que no se ha determinado el alza.
Los buses como el que tomó Calvache al salir de su casa dejaron de funcionar por las manifestaciones. Entre los pasajeros que esperaban en El Condado se comentaba que en la mañana, una unidad Mitad del Mundo recibió pedradas y decidieron no continuar trabajando
Según la Empresa de Pasajeros, las rutas de Terminal Quitumbe, Guamaní y El Recreo suspendieron servicios al igual que los alimentadores Labrador, Carcelén y Río Coca.
El hombre se subió varias veces en los conocidos taxis ruta, que llevan cuatro pasajeros, pero se bajó cuando le avisaban que le cobrarían USD 1,50 hasta Pomasqui. “Es un abuso”, señaló.
Usuarios del trasporte público se quejaron de lo mismo a través de redes sociales, donde circularon fotografías de un comunicado colocado en paradas del Corredor Central Norte, conocido como Metrobus.
En él se informaba a los pasajeros que desde ayer el pasaje costaría 0,35. El Municipio de Quito desmintió la supuesta alza y recordó que el pasaje se mantiene en 0,25. En la tarde, autoridades realizaron un operativo de control del cobro de pasajes.
Ney Martínez, gerente del Corredor Central Norte, dijo que, en efecto, los comunicados se colocaron en una parada y una unidad del Metrobus. Asegura que de inmediato dispuso que se retire.
“Seguramente algún conductor entendió mal”, señaló, Y aseguró que la tarifa de 0,25 no cambiará mientras no lo disponga la autoridad municipal.
Al mediodía de ayer, las paradas del Metrobus, en la avenida de La Prensa, estaban abiertas, por lo que usuarios ingresaban para movilizarse. Al entrar se encontraban con que no había recaudador, ni unidades funcionando.
Jiménez dijo que durante la mañana la fuerza pública brindó seguridad a este sistema de transporte. Pero desde las 11:30 se retiró, así que él dispuso a los operarios que dejen de trabajar hasta que se restablezca la seguridad.
Según Jiménez, sus trabajadores sufrieron agresiones verbales y amenazas por parte de usuarios.