Redacción Cultura
Cuando se registra un hallazgo arqueológico al realizar una obra, ¿qué debe primar la construcción o el descubrimiento en sí?
Al registrarse un descubrimiento arqueológico en una construcción hay que analizar de qué tipo es. Puede ser muebles o inmuebles. El primero se refiere a un sitio monumental enterrado o a la vista, que no debe ser alterado, que debe quedarse en el sitio. En ese caso se informa al Instituto
Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) para que se haga un rediseño de la obra. El otro es un rasgo cultural, que es una alteración en el suelo, que indica una actividad humana. Pueden hallarse fragmentos de cerámica u otros materiales, se los puede recuperar y luego avanzar con la obra.
¿POR QUÉ
ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Fue coordinador de campo del proyecto arqueológico del nuevo aeropuerto. Es miembro de la Sociedad Internacional de Arqueología Social.
Su punto de vista. En el país debe plantearse una arqueología preventiva para estudiar con tiempo los sitios donde se construirán obras.
En el caso del nuevo aeropuerto, ¿hubiese sido mejor parar la obra para estudiar los restos encontrados en Tababela?
Eso es como renunciar al desarrollo de infraestructura en el país. Parar una obra significa que se retiren los inversionistas y constructores. Incluso en países desarrollados no se paran las obras por ese motivo. Lo que sí se hace es que la compañía tiene dentro de su organización un gran equipo de
arqueología, que analiza la situación antes.
Es decir, ¿el desarrollo está sobre la arqueología?
En pocos casos se ha dado esa sobreposición. En el caso del nuevo aeropuerto no se dio porque el equipo de arqueología entró a trabajar desde 2002 y los trabajos empezaron afines de 2006.
¿No hubiese sido mejor parar toda la obra?
En ciertos sectores la obra se paralizó muchas veces por el trabajo arqueológico. Incluso la maquinaria y los trabajadores no pudieron acceder a áreas por los trabajos arqueológicos.
Se paralizó temporalmente, pero luego la obra siguió. En el caso de Rumipamba se iba a construir una urbanización y se frenó la obra tras el hallazgo.
¿Se pudo dar una situación así en el nuevo aeropuerto?
Ambos casos son distintos. En el aeropuerto no había bienes muebles, se encontraron pozos donde se desalojó tierra y se descubrieron cuerpos humanos con sus ajuares.
¿En qué más se diferencian ambos hallazgos?
Rumipamba es monumental, tiene una alineación de muros de piedra, que configura una adecuación del paisaje; es distinto a tal punto que se debió
parar la obra. No es lo mismo tener tumbas en un sitio funerario, en el cual no se conservó la memoria cultural de su existencia. Si en vez de un aeropuerto en Tababela se hubiese construido una urbanización, el rescate arqueológico no hubiese sido total.
¿Por qué no se pensó en dejar esos restos, armar un museo de sitio y detener la obra por completo?
Cuando el equipo de arqueología llegó al sito se encontró con un área extensa, en la cual no había ningún rasgo cultural. Luego halló las tumbas poco a poco. Allí se debe hacer un museo de sitio para reforzar la identidad de las comunidades de la zona. Gracias a este hallazgo se puede estudiar y saber qué comieron, de dónde vinieron, de dónde eran. Pero la conservación de las fosas no era posible por las características geológicas del suelo, no existe arcilla solo arena y ceniza volcánica. Todo es deleznable; no se podía conservar las tumbas abiertas, eso hubiese tenido un altísimo costo.
Todas las medidas se tomaron conjuntamente con el INPC.
¿Pero cree que en general hay descuido de las autoridades en el tema arqueológico?
Creo que es falta de compromiso, se debería adoptar una arqueología preventiva, antes que una de rescate. Esto implica que no es eventual, es programada y permite estudiar los sitios que están en las áreas donde se van a construir obras de infraestructura con mucho más tiempo. Un hallazgo debe darse manera adecuada, con un equipo de arqueólogos que haya estudiado el sitio con anterioridad. Los equipos de arqueología por lo general son contratados por las compañías encargadas de las obras. Por sus políticas tienen más cuidado en las investigaciones arqueológicas, incluso más que el Estado.
¿Se debería incorporar esto en la nueva Ley de Cultura, que está por aprobarse en la Asamblea?
Estoy seguro que sí, porque se trata muy poco la arqueología, en particular. En la nueva Ley y en el reglamento se debería incluir la arqueología de tipo preventivo. En el Código Penal se menciona pero desde el aspecto coercitivo, antes que desde lo propositivo. Estamos a tiempo de que los funcionarios involucrados con el tema de patrimonio lo concienticen y se incorporen al tema arqueológico en los proyectos.
¿Cree que se ha tomado en cuenta a la arqueología en las políticas del Estado?
Falta total apoyo no solo de autoridades sino también de instituciones. En Ecuador todo es urgente en la campo de la arqueología empezando por la formación de nuevos técnicos en esta rama. La Espol, por ejemplo, cerró la carrera. En Colombia hay más de 400 arqueólogos, en Perú unos 1700 y en Ecuador están registrados 47. Llegará un momento en que tendremos que importarlos.