Los extranjeros conocen de cerca las bondades de las parroquias de Cuenca

Gregorio Villacís describe a los presentes la historia de la iglesia de la parroquia San Joaquín. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO

Gregorio Villacís describe a los presentes la historia de la iglesia de la parroquia San Joaquín. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO

Mariano Mejía, explica a los turistas el proceso para elaborar el chocolate. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO

Por más de cinco horas, unas 130 personas participaron en la ‘Ruta de las parroquias’ que se cumplió este domingo 28 de febrero en San Joaquín, ubicada al noreste de Cuenca. El recorrido se inició a las 09:30, con la organización de la Dirección Municipal de Cultura.

La acogida rebasó la expectativa de los organizadores, quienes inicialmente contrataron un bus de servicio turístico para el recorrido. Ante el número de asistentes, se solicitó dos buses más. Los presentes, en su mayoría, fueron extranjeros de la tercera edad, quienes residen en la capital azuaya.

Según Indaura Fárez, una de las responsables, la invitación se hace a través de las redes sociales, especialmente por Facebook. También se promociona con gente que colabora con el Municipio. “Para las visitas se coincide las fiestas parroquiales, así conocen las costumbres y tradiciones; además degustan la gastronomía”.

Con un intervalo de 10 minutos salieron los buses desde el parque de San Sebastián, en el Centro Histórico de Cuenca. Los foráneos, especialmente de Estados Unidos y Canadá, llevaban cámaras fotográficas y firmadoras. En el grupo de asistentes hubo pocas familias cuencanas.

La primera parada fue en la productora de chocolate El Exquisito. Allí, Mariano Mejía Cárdenas, de 81 años, demostró el proceso de preparación. Desde el tostado del cacao, el molido y el producto final. Allí los presentes degustaron el chocolate y adquirieron el producto.

Luego, el recorrido llegó a una panadería ubicada en el sector Cruz Verde. Uno de los propietarios, tras hacer conocer las bondades del pan hecho en horno de leña, repartió a los asombrados y agradecidos turistas, así como a los presentes en general.

La ruta siguió con destino a la iglesia de San Joaquín. Uno de los líderes de la parroquia, Gregorio Villacis, contó una parte de la historia. La imagen de la Virgen María Auxiliadora, que está en el altar mayor, fue elaborada en 1905. La iglesia se construyó en 1915, con adobe, bahareque y madera.

Pasado el mediodía, los participantes en la ‘Ruta de las parroquias’ visitaron una de las zonas donde se crían cuyes, gallinas, cerdos. Luego se visitó a Gregorio Villacís, quien se dedica a la agricultura orgánica. En Barabón Chico se acudió a un local de cestería, donde se hizo una demostración de tejido.

Gregorio Villacís describe a los presentes la historia de la iglesia de la parroquia San Joaquín. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO

El recorrido en bus, que fue gratuito, finalizó en la Quinta Restaurante. Allí los presentes degustaron de los platos típicos que ofrecieron los propietarios del negocio. Los turistas se mostraron maravillados por todas las bondades y la calidez de los cuencanos. El bus les regresó al parque de San Sebastián, pasadas las 15:00.

La estadounidense Roxanne Silvaniak, quien reside desde hace cuatro meses en Cuenca, no dejaba de sonreír y contó que a ella le encanta el campo. “Es una gran iniciativa para que nosotros conozcamos más de la ciudad. Me gustó mucho, aunque le dimos bastante trabajo a los organizadores”, sostuvo entre risas.

Fabián Orellana fue uno de los pocos cuencanos que acudió a esta convocatoria. Él llegó con su esposa y sus cuatro hijas pequeñas. “Me parece interesante esta iniciativa, así se promociona más las costumbres y tradiciones de las parroquias cuencanas”. Él se enteró por una publicidad colocada en el Museo de la Ciudad.

Fue la segunda programación de la ‘Ruta de las parroquias’ organizada por la Dirección Municipal de Cultura, puesto que este proyecto se inició con Ricaurte. Todavía no se conoce cuál será la próxima parroquia, pero se realizará en dos semanas.

Los extranjeros no desaprovecharon y tomaron fotos de los sembríos de col, zanahoria, lechuga, cebolla, remolacha... Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO

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