La venta de gasolina y diésel es irregular en Manta. Largas filas se observan en las gasolineras de la ciudad. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
En las gasolineras de la ciudad de Manta se observan largas filas de vehículos. A partir del terremoto del 16 de abril del 2016, el expendio se ha vuelto irregular.
En algunas estaciones de servicio hay problemas de infraestructura, por cuarteaduras. En otras, no se puede ofrecer el servicio debido a la falta de energía eléctrica.
En una estación de servicio Primax, por ejemplo, al menos unos 40 vehículos permanecieron estacionados desde la noche del domingo 17 de abril, en la avenida. Y la mañana del lunes 18 se formó una fila de personas con galones, para llevar combustible.
Andrea Pinoargote cuenta que al momento del terremoto tenía el tanque a medias pero ahora ya necesita recargarlo. El domingo hizo una fila de más de dos horas y cuando le llegó su turno le informaron que ya no podían venderle.
Por eso llevó hoy su auto para cargar gasolina. Sin embargo ahí le informaron que solo podía comprar el equivalente a USD 10.
Esa es la disposición de las autoridades, explicaron tres miembros de la Policía Nacional que custodian el lugar.
Lo hacen para evitar saqueos y abusos. A la gente que va a pie le permiten comprar únicamente un galón porque se detectó que hay personas que compran cuatro galones para revender a altos precios.
Sin embargo otros van por una opción más lejana pero segura. Viajan a Jipijapa, por ejemplo, para tanquear con normalidad.