Las calles del centro de Tulcán lucían desoladas el último viernes 9 de octubre. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO.
Al mediodía del viernes 9 de octubre, los negocios de la fronteriza ciudad colombiana de Ipiales lucían repletos. Del otro lado, en Tulcán, en el norte de Ecuador, la mayoría de locales estaban cerrados y la ciudad parecía una urbe fantasma.
Con la apreciación del dólar y la depreciación del peso colombiano, los artículos en el vecino país son más baratos y miles de ecuatorianos cruzan la frontera para adquirir electrodomésticos, productos de aseo, llantas, entre otros.
Los artículos mencionados son parte de las 49 partidas arancelarias que incluirá la canasta comercial, un mecanismo diseñado por el Gobierno ecuatoriano para solucionar la complicada situación económica carchense. El sistema permite que comerciantes de Carchi compren productos en Colombia, en montos fijados por el Gobierno, los nacionalicen sin pagar impuestos y los comercialicen solo en Carchi.
Con la medida, aprobada el 7 de octubre por el Comité de Comercio Exterior, 4 739 comerciantes registrados en el Servicio de Rentas Internas podrán ingresar hasta USD 54 millones en productos hasta el 12 de junio del 2016. Además, según su facturación anual se definieron los montos a importar. El Ministerio de la Producción señaló que las cantidades están acorde con el comercio de Carchi.
Martín Yandún, dueño de Megacompu, sitio de venta de equipos electrónicos y de computación, sostiene que las cantidades para importar son reducidas, por lo que no estaría del todo interesado en comprar en Colombia. “Además, no conocemos con exactitud cómo mismo se aplicará la medida”.
El viernes, pocas personas ingresaban a su local ubicado en el centro de Tulcán. Sus productos los adquiere de distribuidores e importadores de Quito y Guayaquil.
Yandún también ofrece servicio técnico. Esto le ha ayudado a sobrevivir estos meses en los que las ventas han caído hasta un 70%. Con la canasta comercial, Yandún no sabe cuán similares podrían ser los costos en Ecuador porque depende de cuánto esperen de ganancia y de si los comercializadores colombianos ofrecerán precios al por mayor.
En otros negocios como Ciclo Moto Rosero ya se tiene un precio referencial para la venta de llantas de motocicletas. Maira de Rosero, propietaria del sitio, asegura que en Colombia una llanta de marca Kendall cuesta USD 12, y en Ecuador, USD 30. Con la canasta su costo se fijaría en USD 16.
Ella compra sus artículos a distribuidores de Quito y Guayaquil y considera a la canasta comercial como una oportunidad para traer llantas a mejores precios. Pero primero quiere asistir a charlas sobre el tema.
En general, los comerciantes de la provincia aseguran que no conocen detalles sobre la medida. Olga Reascos, vocera de los comerciantes mayoristas y minoristas, pidió a las autoridades mayor información.
La expectativa de los comerciantes es saber más del tema en la reunión que el presidente Rafael Correa tendrá el próximo viernes con los comerciantes del Carchi. Además, está previsto que el gabinete sesione en Tulcán el próximo fin de semana.
Los compradores tienen sus propias expectativas. El mismo 9 de octubre, Juan Carlos Pozo buscaba en Tulcán neumáticos para su motocicleta: “Si traen llantas a un mejor precio, desde Colombia, las compraría para ayudar a mi provincia”.
María Martínez, quiteña que viajó a Colombia la noche del jueves, indicó que seguirá comprando en Colombia mientras los precios sean favorables. “Hay locales que están bajando precios. Compré unos zapatos a USD 20, cuando en Quito tienen un valor de USD 70”.