Una treintena de las ciudades chinas más importantes registran temperaturas más bajas por el parón de actividad que representa el éxodo vacacional masivo de las celebraciones del Año Nuevo Lunar.
Durante una semana se suspende el trabajo, las empresas cierran y cientos de millones de personas abandonan las ciudades para reunirse con sus familias en las zonas rurales para las reuniones tradicionales.
Se trata de la mayor suspensión a corto plazo de la actividad humana en la Tierra y, según un nuevo estudio publicado en Geophysical Research Letters, está asociado con temperaturas más bajas en 31 ciudades chinas importantes durante ese período.
La infraestructura urbana retiene más calor que los paisajes naturales o las tierras de cultivo, lo que hace que las ciudades sean hasta 4 grados centígrados más cálidas que las áreas circundantes, un efecto llamado isla de calor urbano.
La infraestructura, como caminos y aceras, absorbe más calor que las áreas cubiertas de césped y árboles.
La conducción, el aire acondicionado, la calefacción, las operaciones de construcción y las instalaciones industriales son ejemplos de actividades humanas que emiten calor y también contribuyen al aumento de las temperaturas en las ciudades.
Cuando se mantienen durante períodos prolongados, estas actividades pueden exacerbar el calentamiento al liberar gases de efecto invernadero.
Año Nuevo y reducción de la actividad humana
Los científicos utilizaron datos satelitales y datos de temperatura del aire por hora recopilados de redes de observación meteorológica terrestres de 2017 a 2019.
El estudio encontró que, durante el Año Nuevo, la reducción en la actividad humana fue suficiente para reducir la intensidad promedio de la isla de calor urbano en 31 ciudades en un 33 por ciento en promedio.
Esto se correspondió con una caída promedio en la temperatura del aire de la superficie de 0,35 grados Celsius en las ciudades.
La reducción del calor fue significativamente menos pronunciada en las afueras de las ciudades. Esto sugiere que los centros urbanos más poblados experimentan cambios más grandes en la variabilidad de la intensidad del calor cuando hay cambios en las actividades humanas.
“Muchas personas dejan las megaciudades, como Pekín y Shanghái, para viajar a ciudades pequeñas y áreas rurales para reuniones familiares tradicionales”, explica Zihan Liu, científico del sistema terrestre y autor del estudio.
“Esta migración humana masiva desde las grandes ciudades da como resultado una disminución abrupta de las actividades antropogénicas generadoras de calor que impactan notablemente en el clima urbano”.
En un estudio similar publicado en enero de 2022, en Geophysical Research Letters de AGU, Liu y sus colegas encontraron que las intensidades de las islas de calor urbano en las principales ciudades de China disminuyeron en respuesta a una reducción de las actividades humanas durante los bloqueos por el covid-19.