Luego de casi cinco meses de permanecer en la cárcel, el ex subsecretario de Gobierno fue excarcelado después de que la Corte Provincial de Guayas le concediera un hábeas corpus. Su excarcelación, sin embargo, no quiere decir que el ex funcionario haya quedado fuera de sospecha en los dos procesos judiciales que pesan sobre él, uno sobre sus relaciones con presuntos narcotraficantes y otro en el que podría ser encausado por el delito de atentar contra la seguridad del Estado. El hecho tampoco significa que el país tenga que olvidar los acontecimientos que condujeron a que la justicia lo encausara. Más bien, si hubiera coherencia ética en su discurso revolucionario, lo que correspondería en estos momentos es que aclarara las dudas que tienen muchos ecuatorianos sobre el papel que desempeñó cuando fue Subsecretario y cuáles fueron los alcances de su supuestas relaciones con grupos ilegales.