Desde sus inicios el Gobierno proclama que instaurará una política industrial, lo cual es alentador en cuanto significa que al Gobierno le interesa el desarrollo industrial, lo cual lo contrasta con Venezuela, donde se piensa seguir viviendo del petróleo, y de los sectores de Alianza País que piensan que idealizan la sociedad preindustrial.
Lo peligroso de la política industrial es que el Estado está tentado de escoger ganadores. Terminan subsidiándose industrias que no tenían perspectivas reales. En los setenta se montaron fábricas de relojes, entre otras, que fracasaron. Por muchos años el parque industrial de Cuenca fue un cementerio de elefantes blancos.
Por suerte, el Ministerio Coordinador de la Producción salió con una lista muy amplia de sectores prioritarios, todos los cuales nos son familiares. Por lo que se aleja el peligro de los elefantes blancos. Pero la lista adolece del defecto de ser muy amplia y general: todo es prioritario.
Vienen al rescate dos expertos de Harvard, que mediante un exhaustivo análisis de datos correspondientes a varios países sudamericanos sugieren con mayor nivel de especificidad las áreas en que el Ecuador puede ampliar su actividad productiva exportable.
El trabajo lo presentó el jueves pasado en el Swissôtel uno de los autores, Bailey Klinger. Su coautor es el venezolano Ricardo Hausmann, ex economista jefe del BID. Auspiciaron el Ministerio Coordinador de la Producción y el BID. Fui uno de los dos comentaristas. A mayor valor agregado de las exportaciones, sostienen, más alto el nivel de vida: somos lo que exportamos.
Los autores encuentran que el Ecuador exporta el tipo de bienes que caracteriza a países menos desarrollados. Le conviene mudarse hacia actividades más complejas que permitan pagar mejores salarios. Las ventajas están en actividades parecidas a las que hacemos, pero algo complejas, lo cual conlleva poco riesgo, pero poco avance. Entre ellos moluscos, oleaginosas, leguminosas y vegetales frescos o en frío, plantas para perfumes o uso médico.
Por lo que hay un segundo grupo que presenta más riesgo y mayor avance: confecciones, productos lácteos, pesqueros, metálicos estructurales, conservas de frutas y vegetales. Entre los de mayor reto, pero mayor avance potencial, está el de electrodomésticos. En este hay por lo menos dos empresas exitosas en el país. Se recomienda la constitución de un fondo de inversión de riesgo, para compartir riesgo -y ganancias- con los empresarios de las nuevas actividades, y crédito de desarrollo.
Lo más crucial: el diálogo con los emprendedores en los sectores prometedores para conocer cuáles son los principales obstáculos para la empresa. Gobierno academia y empresarios deben remar en el mismo sentido.