Cuidado del Animal es obligación de los propietarios mantener en buen estado de salud a su mascota. Foto: Archivo / EL COMERCIO
La eutanasia practicada a Atena, la perra que mató a un niño de dos años en marzo pasado, ha despertado diversas posiciones en relación a cómo se debe actuar cuando un animal presenta este tipo de comportamiento y qué es lo que conlleva a que se convierta en una amenaza para la comunidad.
Fernando Arroyo, técnico coordinador del Centro de Coordinación Zoosanitaria Urbanimal, coordinado por la Secretaría Metropolitana de Salud, explica que este organismo ha recibido a 465 animales en lo que va del año, por diversas causas, la mayoría de ellos han sido víctimas de sufrimiento físico o psicológico.
De estos, 135 se han podido recuperar por el momento y han entrado al proceso de adopción; los que no, serán eutanasiados, de acuerdo con lo que establece la ordenanza 048 de Tenencia, Protección y Control de la Fauna Urbana.
La eutanasia es el “único método permitido” para provocar la muerte de un animal de compañía en caso de que este tenga una enfermedad terminal, esté en sufrimiento permanente, sea un riesgo para la salud pública o se determine que es potencialmente peligroso para la comunidad.
Para animalistas como María Alejandra Reyes, propietaria del refugio Lucky, en casos como el de Atena no se debería aplicar esta medida, ya que “en el país no hay pena de muerte ni siquiera para los seres humanos”. Cuenta, además, que este no es el único caso en el que se define de esta forma el destino del animal tras un ataque, pero ha sido “una bandera de lucha para visibilizar la irresponsabilidad de los propietarios”.
José Hernández, especialista en comportamiento canino, considera que todos los animales pueden rehabilitarse. Su perro pitbull, cuenta, fue rescatado de peleas ilegales de perros.
Después de seis meses de tratamiento, logró superar sus traumas. Normalmente el proceso dura hasta dos meses, explica, y el tratamiento puede llegar a costar USD 250 por mes. Lo más importante es el compromiso y apoyo del propietario, a quien también se lo analiza para descubrir el origen del problema.
Arroyo afirma que lo que se debe rescatar es “la calidad de vida, por sobre la vida”. En el caso de Atena, ya no era apta para poder rehabilitarse. Sin embargo, está de acuerdo en que el origen del problema está en la forma en la que el animal ha sido criado.
Aunque hasta el momento se ha sensibilizado a 14 500 personas sobre la tenencia responsable en el Distrito, al realizar las inspecciones de fauna urbana, se ha detectado que la problemática surge por la irresponsabilidad humana.
El entorno juega un papel esencial en el desarrollo del animal, dice Arroyo. Mantener al animal encerrado, por ejemplo, desencadena un estrés en el perro que generará una conducta agresiva, con el afán de desfogar toda su energía.
La condición social es otro punto que se debe tomar en cuenta. Se puede contar con un gran espacio, pero si no se permitió al perro que socialice con otras personas o animales, no estará acostumbrado a este tipo de contacto. Incluso, puede atacar por temor.
Para fomentar la socialización, se recomienda los paseos o caminatas en los espacios públicos, como los parques. En La Carolina, por ejemplo, recientemente se inauguró el área canina donde pueden jugar y estar con otros perros.
Antes de entrar, el rótulo especifica que las acciones de la mascota son responsabilidad del dueño. Josué Montenegro, uno de los impulsadores de esta idea, cuenta que se busca agregar un aviso que aclare que los propietarios son legalmente responsables por las heridas que pudieran causar en otros.
En barrios como Cotocollao, Carcelén, Solanda y Chillogallo, Urbanimal ha detectado que los principales problemas se dan porque las mascotas deambulan sin correa por el espacio público. Esto incrementa la posibilidad de contagio de enfermedades, contaminación de las calles y el animal puede agredir o sufrir un ataque.
Cuidado del Animal
Es obligación de los propietarios mantener en buen estado de salud a su mascota. Si viven en espacios comunitarios, deben comprometerse a mantener su higiene y a limpiar los desechos que produzcan en el espacio comunitario.
Convivencia
Quienes mantengan a un animal en una urbanización o condominio deben establecer acuerdos de convivencia con sus vecinos, para manejar adecuadamente a sus mascotas. Si no habita dentro de la casa debe contar con un espacio adecuado de acuerdo con su tamaño.
En las viviendas
Si la mascota va a vivir en un departamento no se recomienda mantenerla encerrada en los balcones porque esto puede generar estrés en el animal. Necesitan dos paseos diarios para poder socializar con otras personas y animales.
Agresiones
Las denuncias por agresión de un perro deben ser presentadas ante la Agencia Metropolitana de Control (AMC). En caso de abandonos deben reportarse a Urbanimal.
Prohibido
La ordenanza 048 de Tenencia, Protección y Control de la Fauna Urbana prohíbe utilizar, entrenar o criar perros para peleas. También impone sanciones para quienes organicen o asistan a estos encuentros.