Danna y Luciano, de quinto y primero de básica, dominan plataformas y aplicaciones durante sus clases. Foto: Archivo particular
Para su clase de Lengua, Martín Zanafria leyó el libro ‘Muerte de un viajante’. A partir de esa obra desarrolló un proyecto que compartió con su clase, con la que solo tiene contacto virtual. Lo hizo con las opciones del videojuego Minecraft.
Con este, el chico de 15 años construyó la casa familiar que se describe en la obra. En la herramienta eligió los materiales propios de las casas estadounidense de los años 20, entre ellos madera y ladrillo, dice.
Aunque antes de la pandemia estaba familiarizado con la tecnología, Martín admite que esta modalidad de clases -en la que lleva casi 11 meses- le ha permitido explorar más opciones aplicables a su educación.
En Ecuador hay 4,4 millones de estudiantes. El 74% pertenece al sistema público y 861 427 alumnos están en planteles privados, en los que han explotado más herramientas disponibles para las clases virtuales.
Esto ha permitido que los niños se interesen más por aprender, dice Johanna Tobar, madre de familia. Sus hijos, Luciano y Danna, utilizan herramientas entretenidas para aprender. “Eso hace que durante la clase presten atención a lo que el maestro dice y luego respondan de forma correcta”.
El maestro de matemáticas Juan Armas dirige un proyecto en el que sus estudiantes participan a través de la plataforma Nearpod. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Danna, de 9 años, cuenta que le gusta la metodología de Nearpod. Le hacen preguntas y si responde rápido y bien va ascendiendo hacia una montaña. Su hermano Luciano, de 6, cuenta que se divierte mientras aplica comandos para que Kodu, un robot con el que aprende programación en su escuela, se mueva.
Como ellos, el profesor del EMDI School de Quito, Juan Armas, comenta que hay chicos de primero de básica que, en el contexto de pandemia, además de aprender a escribir su nombre lograron generar redacciones, grabarlas y reproducirlas con animaciones.
Otros, de quinto de básica, saben diseñar. “Vemos que el desarrollo de la inteligencia y creatividad se consolida con herramientas digitales”.
“Si no hubiera pasado esto (pandemia), quizá muchos todavía se resistirían a ese proceso de transformación”, sostiene el especialista en Tecnología Aplicada a la Educación, Andrés Hermann.
En esta experiencia, señala, es fundamental pasar del uso de herramientas digitales con fines comunicativos (Zoom, Teams, etc.) a hacerlo con fines pedagógicos. “Las herramientas en sí mismas no generan cambios, sino el enfoque pedagógico y metodológico”.
Para esto, indica, hay que capacitar a los docentes para que usen los nuevos insumos de una forma significativa.
Lecciones tipo ruleta, traductores inteligentes y ejercicios aleatorios son algunas de las herramientas tecnológicas que aplica en sus clases en línea la Unidad Educativa La Moderna, de Samborondón.
Galo Arellano es docente de Física y asegura que el aprendizaje no presencial ha permitido explorar múltiples plataformas. Una de ellas es Wheel of names, para lecciones al estilo de rueda de la fortuna.
Algunas plataformas permiten fortalecer conocimientos teóricos. Y otras ofrecen ejercicios prácticos con una puntuación final para que el estudiante mida su progreso.
Noelia López cursa el segundo de bachillerato en La Moderna y destaca herramientas como DeepL, un servicio de traducción automática, útil para la clase de Idiomas. Ella también usa GoeGebra, un software matemático interactivo tipo calculadora.
Las pizarras digitales han dado buenos resultados en la Academia Naval Guayaquil. El profesor Robert Merchán da clases de Matemáticas y Programación, y cuenta que ha empleado Jamboard, de Google, para el trabajo colaborativo en tiempo real. Para ejercicios matemáticos, IDroo.
El docente asegura que la tecnología ha facilitado la planificación y ha hecho más divertido el aprendizaje.
El cadete Carlos Esteves cursa el segundo de bachillerato y destaca Genially, herramienta con la que ha logrado realizar exposiciones más interactivas.
“La tecnología y la inteligencia artificial sustituyen al clásico lápiz y papel, y nos permite hacer actividades con mayor eficiencia y precisión. Además, nos enseña a ser autónomos y responsables en nuestros estudios”, dice el estudiante del ciclo Costa.
En cambio, Bryan Lino resalta Google Meets, una aplicación de videoconferencia que le ha permitido sentirse más cerca de sus compañeros de tercero de bachillerato.