Las estrellas del Sudamericano se foguearon en EE.UU. y Europa

Redacción Deportes

Las 60 anotaciones de Paola Ferrari en apenas dos partidos (siete triples y 21 tiros libres convertidos) hacen de la paraguaya una de las jugadoras más destacadas del Sudamericano de Baloncesto, en Quito.

Ferrari es una de las estrellas más importantes del torneo que se realiza desde el pasado lunes en el coliseo Rumiñahui. Tiene 23 años y 1,78 m de altura. Es veloz y ágil con el balón y además posee una amplia experiencia internacional. En el Sudamericano defiende la camiseta del Regatas Lima, pero  ella pertenece al Sóller  Joventut Mariana, en Mallorca, España. También jugó en la Liga estadounidense.

Ella considera que la gran experiencia acumulada en los torneos de EE.UU. y de Europa ha sido clave para su actual momento. En eso coincide con la estadounidense  Wynter Whitley (1,88 m), quien además de jugar en su país lo ha hecho en Turquía y Suecia.

“El trato que recibe una deportista en EE.UU. y en Europa es increíble”, comenta Ferrari. La paraguaya destaca el profesionalismo de los europeos, los buenos sueldos y la alta competencia.

Gisela Vega es uno de los principales talentos de la UTE, el representante ecuatoriano en el Sudamericano. La argentina es compañera de la paraguaya Ferrari en el Sóller Juventut de Mallorca y hoy refuerza al equipo tricolor. 

Vega junto con la ecuatoriana María Tobar han marcado la diferencia en la UTE. Vega tiene 27 años y mide 1,89 m y su juego vistoso ha sido clave en la gran campaña del equipo ecuatoriano. “Solo en Europa y EE.UU. se puede vivir del baloncesto. Allá me  pagan bien”, manifestó Vega.

La jugadora nacida en Entre Ríos, no puede estar sin jugar. Por ello, una vez que termina la temporada europea busca más competencia. Integra la UTE desde junio y con el equipo quiteño  jugó en la pasada Liga Nacional. Ahora en septiembre deberá volver al Sóller Juventut junto con la guaraní Ferrari.

Otro de los grandes equipos animadores del Sudamericano de Quito es la Universidad de Medellín. Dos de sus principales talentos son Érika Valek y Janeth Arias, ambas registran experiencia en el Viejo Continente.

El plan de las ‘cafeteras’, al igual que las otras estrellas, consiste en reforzar clubes sudamericanos cuando en Europa finalizó la temporada canastera, así, mejoran su cotización. Arias tiene 26 años y juega en el Flying Foxes Post de la Liga Austríaca. Ella es conocida en el país por sus participaciones en Espe y Mavort.

La colombiana confiesa que su experiencia europea le ayudó a crecer en su juego. “Las temporadas de juego son más largas, hay continuidad”. El aspecto económico también es clave. Dice que una jugadora puede ganar USD 5 000 mensuales.

Entonces si los sueldos y el nivel son buenos, ¿por qué jugar el Sudamericano y arriesgarse a una lesión? La colombiana Valek (27 años) dice que estos torneos son vitrinas para mostrarse o incluso para encontrar mejores propuestas en las ligas europeas. 

En el Ourinhos de Brasil, no hay una jugadora estrella. Las pentacampeonas cariocas y hetpacampeonas estaduales se caracterizan por el trabajo en conjunto.

Las más experimentadas, por su roce en Europa y Estados Unidos son Jucimara (1,90 m), Tatiana Castro (1,85) y Karina da Silva (1,87). Ellas dicen que jugar en Brasil es un descanso y la oportunidad de estar con sus familias.

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