El hombre cuya mujer embarazada fue lapidada en Pakistán por haberse casado con él por amor confesó haber matado a su anterior mujer para poder contraer matrimonio con la víctima, informó hoy 30 de mayo, el investigador de la policía que dirige el caso, Rana Akhtar Mahmud.
El hombre salió de la cárcel hace tres o cuatro años después de que el hijo fruto de ese primer matrimonio lo perdonara tras un pago en compensación, algo permitido por la legislación islámica Sharia. Farzana Iqbal, de 25 años, fue lapidada el martes a ladrillazos en Lahore por su padre, otros familiares y su ex prometido. El padre, Muhammad Azeem, fue detenido en el lugar de la lapidación y justificó el hecho alegando que el matrimonio por amor de su hija trajo vergüenza sobre la familia.
Mahmud informó hoy de la detención de dos primeros y un tío de la joven, así como otro sospechoso, mientras la policía sigue buscando a su hermano y al ex prometido de la víctima.
En el marco de la investigación fue cuando surgió la información de que el marido de la víctima, Muhammad Iqbal, había matado a su primer mujer para casarse con Farzana.
Farzana se casó con él en enero de este año y estaba embarazada en el momento del ataque, señaló Mahmud. Murió durante la lapidación por una ruptura de cráneo. El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ordenó el jueves una rápida investigación, ante la presión ejercida por la ONU y grupos de derechos humanos. “No usaré la frase asesinato de honor”, dijo la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. “No hay ni el más mínimo vestigio de honor en matar a una mujer de esta forma”.
Las familias en la conservadora sociedad islámica consideran un insulto que sus hijas elijan al hombre con el que casarse, en contra del deseo de sus familiares.
Se estima que unas 1 500 mujeres son asesinadas cada año en este tipo de crímenes, según la fundación Aurat.