Espoli
3
2
El NacionalVíctor Vizuete. Latacunga
El de ayer al mediodía en Latacunga fue un partido lógico para un deporte que tiene poco de eso.
¿Por qué lógico? Porque el enfrentamiento entre dos equipos con hipertensión, apremiados por la necesidad de ganar como Espoli y El Nacional, solo podía desembocar en una lucha frontal, intensa y directa, pero, asimismo, nerviosa y estresante.
Policiales y criollos sabían que una derrota los alejaba de la liguilla final del campeonato; y un triunfo, en cambio, los ponía en la antesala de la clasificación.
La figura
Fabio Renato mostró actitud y velocidad
El delantero brasileño fue determinante en el triunfo de su equipo. Y aunque se perdió un gol al inicio del cotejo, comenzó la jugada del primer gol y puso el pase para que Carlos Quillupangui logre el tercer tanto de su equipo.
Bajo esos parámetros y con todos sus argumentos futbolísticos en alerta roja, las dos escuadras desarrollaron sobre el buen gramado del estadio de La Cocha un cotejo emocionante y equilibrado. Con ataques de lado y lado. Con muchas equivocaciones pero también con varios aciertos.
El partido comenzó de forma arrolladora. Criollos y policiales salieron de los camerinos con una sola misión: perforar el arco rival lo más rápido posible.
Como delineaban las dos estrategias, el gol llegó pronto: antes de los dos minutos. Y fue obra de Marquinho, uno de los dos delanteros brasileños de la Espoli. Este aprovechó un batle royal que se armó en la zaga militar y empujó la pelota dentro del arco defendido por Christian Mora.
El puñado de seguidores del ‘Gallito’ inundó de alegría el semivacío estadio latacungueño.
La contrafigura
Edmundo Zura solo fue fuerza y… nada más
El centrodelantero criollo ingresó en la segunda etapa, pero su aporte no fue gravitante. Y aunque puso deseos y ganas estuvo desconcertado y sin ubicación. Al final se perdió ante la marca de Gustavo Cañete.
La revancha para los 2 000 hinchas rojos que asistieron llegó a los 7 minutos. El causante del regocijo fue el juvenil volante Etson Montaño. Este, como todo buen artillero, cuadró la mira a 40 metros de arco de Jacinto Espinoza y disparó un misil inatajable para el ‘Chinto’ y cualquier otro portero.
A los 40 minutos, luego de varios fallos de parte y parte, Orlindo Ayoví aprovechó un pase milimétrico de Marvin Pita y, con un fuertísimo cabezazo, venció por segunda vez al ‘Chinto’. Y El Nacional pasó de vencido a vencedor.
El segundo tiempo tuvo un trámite similar al primero… con una diferencia: en esta etapa los que afinaron la puntería fueron los efectivos policiales.
Estos aprovecharon al máximo las dos ocasiones que tuvieron y dieron la vuelta la tortilla a su favor. Primero fue Darwin Caicedo, que venció a Mora con un buen cabezazo a los 58 minutos; y luego Carlos Quillupangui, quien selló la victoria policial con un golazo, que diseñó sobre el césped un regateo a tres defensores militares, incluido el arquero Mora.
El final fue de infarto, con El Nacional volcado al campo policial buscando el empate. Un empate que nunca llegó porque hasta el palo se interpuso; y a pocos segundos de que termine el cotejo.