Los bomberos de Quito realizan inspecciones a los locales en donde existen aglomeraciones de asistentes. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
No hubo suficientes salidas de emergencia. Tampoco rutas de evacuación. Cuando una bengala inició el incendio durante un concierto de rock en el 2008, las puertas con candados no permitieron la salida: 35 personas resultaron heridas y 19 murieron. Mañana 19 de abril del 2018 se cumplirán 10 años de la tragedia, y hay enseñanzas en materia de seguridad para la ciudad.
Ese concierto contaba con los permisos municipales, lo que puso sobre el tapete la eficacia de los controles que la autoridad realizaba para ese tipo de eventos.
Pero 10 años después, ¿hay algún cambio en la forma en la que se realizan esas inspecciones?
Maricruz Hernández, directora de prevención de incendios del Cuerpo de Bomberos Quito, explica que luego del evento hubo varias reformas.
Una de las más importantes fue la creación de la Ordenanza 308, en el 2010, que establece el procedimiento unificado para obtener la licencia de funcionamiento. Antes, cada dependencia de Bomberos, ambiental, entre otras, emitía un informe independiente.
En el 2013, se emitió la Ordenanza 470, específica para el tema de reglas técnicas en materia de prevención de incendios. Antes, los requisitos eran los mismos para cualquier local, pero ahora se clasifican 11 tipos de ocupación.
Discotecas, bares, conciertos y otros entran en la categoría de reuniones públicas. En esa categoría el inspector revisa varios ítems, entre ellos, rutas de escape. Señala cómo calcular las rutas de egreso, anchos de vía, número de salidas, nivel de rampas, iluminación y señalización de emergencia.
Por ejemplo, por cada 0,65 m entra una persona en una pista de baile. La norma indica que si el local tiene capacidad para albergar entre 1 y 49 personas debe tener una puerta; entre 50 y 499, dos salidas, y a partir de 500 a 1 500, tres salidas.
Se especifica también que el local debe tener en buen estado instalaciones de gas, eléctricas. Asimismo, la colocación de detectores de humo, de calor, luces y sonido de alerta, supresores de incendios.
Según los Bomberos, sobre discotecas, en lo que va del 2018, se han atendido 73 procesos, de los cuales tres se negaron, porque no tenías puertas de salida suficientes.
Hernández explica que cada año la gente aprende más. En el 2012, por ejemplo, cerca del 75% de los establecimientos no cumplía los requerimientos y se necesitaba una segunda inspección. Hoy el porcentaje está cerca del 40% .
En Quito no todas las discotecas están registradas. El problema, explica Édison Andrade, especialista de prevención de incendios, es que los dueños de los establecimientos fingen abrir un local que funcione como restaurante, por ejemplo, porque en ese caso los requisitos de seguridad son menores, pero terminan haciéndolos funcionar como discotecas.
Allí es clave el control ciudadano, por lo que la gente debe denunciar. En esos casos se notifica a la Agencia de Control. Pero las denuncias no son muchas, unas dos al mes.
Por eso se realizan operativos para identificar a quienes incumplen. En lo que va del año, se han realizado 47 operativos en 339 locales. En cerca del 20% se hallaron novedades, desde leves como que el extintor estaba a punto de vencerse, hasta graves, como hallar una puerta con candado.
Las zonas con más locales de riesgo son el Centro Histórico y La Mariscal. En esta última, en una inspección se pudo observar que las viviendas parecen estar remendadas, hay ampliaciones, gradas de menos de un metro de ancho, etc.
Por otra parte, cuando haya un evento que no está dentro de las actividades otorgadas en el permiso del uso de suelo, es necesario sacar otro permiso.
Organizar un espectáculo requiere un plan de emergencia, que detalle personas responsables de brigadas y más. Todo eso se revisa con mínimo cinco días de anticipación. Se revisan acabados de interiores en el local, no tener telas en el techo, prohibición de usar en áreas interiores pirotécnicos.
En lo que va del año, un total de 54 espectáculos públicos no se han podido realizar en el Distrito, según los registros de la Secretaría de Riesgos del Municipio. Enero fue el mes en el que más negativas se registraron: 22 en total.
Para Christian Rivera, director de riesgos de la Secretaría de Seguridad, el control de la autoridad es exhaustivo. Por no cumplir con esos requisitos, se han suspendido eventos masivos. Hace 15 días, suspendieron toros populares en Píntag, porque el graderío no cumplía con las normas para la cantidad de personas.
En Catzuquí se suspendió un evento de motocrós la semana pasada. Rivera cuenta que los organizadores presentaron todos los requisitos, pero el día del evento no contaban con nada. Había venta de bebidas alcohólicas, no había ambulancia, no había zonas de seguridad, y había más gente del aforo presentado.
El Cuerpo de Bomberos indicó que el Teatro de la Casa de la Cultura está implementando medidas de seguridad y prevención de incendios, para cumplir con la normativa vigente y brindar condiciones de seguridad a la ciudadanía.
Ángel García, experto en riesgos, asegura que todo control debe ir acompañado de una campaña de sensibilización tanto para el usuario como para el dueño o empresario, y de multas a los infractores, si no la ley queda en el aire.
Pero algunas personas no tienen conciencia del peligro, dijo Rivera. Por ejemplo, explicó que en un operativo en un centro comercial del norte de la capital, tres locales presentaron el mismo extintor para pasar los controles.