Íñigo Errejon (izquierda) y Juan Carlos Monedero (centro) impartieron asesorías en Ecuador. Luego, ambos formaron parte de Podemos. Foto: AFP
Podemos se acaba de consolidar en las elecciones seccionales de España, el domingo 24. Varios de sus cuadros fueron figuras predominantes en los procesos constituyentes de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En nuestro país, sus vínculos se extendieron hasta tiempo después de la Asamblea Constituyente, a través de contratos de consultoría con diversas entidades del Estado.
Podemos, CEPS y Celag son organizaciones de pensamiento y acción política de izquierda con varios puntos en común. Varios de sus intelectuales se relacionan entre sí. Y tienen estrechas colaboraciones con los llamados gobiernos bolivarianos en esa región.
El primer antecedente fue CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales), que se acercó al actual Régimen desde la campaña para los comicios del 2006, a través del periodista José Alonso Seco, exprofesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Ganada la Presidencia, Rafael Correa aprobó la firma de un convenio el 3 de julio del 2007: la entidad española se comprometía a asesorar al debutante Régimen en política de comunicación y en materia jurídico-constitucional, a cambio de USD 12 500 mensuales.
Esto abrió el terreno para la llegada de otros teóricos, abogados, sociólogos y pensadores de la izquierda española, reconvertidos en asesores. Entre ellos Roberto Viciano, Decio Machado, Marco Aparicio Wilhemi, Francisco Palacio Romero, Rubén Martínez Dalmau y Albert Noguera Fernández. La mayoría había prestado asesorías previas en las constituyentes de Venezuela y Bolivia.
Consultado por este Diario, el expresidente de la Constituyente de Montecristi entre 2007 e inicios del 2008, Alberto Acosta, asegura que la intervención de extranjeros en la redacción de nuestra Constitución es parte de una “leyenda urbana”. “Tres españoles cumplieron una tarea importante, pero no determinante… Conocíamos la experiencia de Bolivia, donde les llenaron de consultores…”.
Por esos días, políticos opositores al Régimen denunciaban que los textos constitucionales eran redactados por los asesores españoles, con un guión similar al de Bolivia y Venezuela.
Albert Noguera Fernández asesoró a la Presidencia de Montecristi durante seis meses. Por correo electrónico, negó a este Diario haber participado en la redacción del texto constitucional. “Mi trabajo era la realización de informes, así como la formación en técnica legislativa. Los reportes nunca contenían la redacción del articulado del texto”.
No obstante, su currículum vítae normalizado (notarizado), colgado en la Web, lo contradice. Entre las tareas que cumplió en apoyo a la Constituyente enumera: impartición de talleres a asambleístas y asesores, elaboración de documentos de debate para el Pleno de la Cámara, y “participación en la comisión de redacción y armonización final del texto constitucional”.
“Mi salario durante los meses que estuve en Ecuador bordeaba entre los 1 800 y 1 900 euros mensuales”, afirma Noguera.
Viciano, Aparicio y Palacio, en cambio, colaboraron con la Presidencia de la Asamblea en comisión de servicios desde la Procuraduría, con la cual CEPS firmó un convenio por 12 000 euros mensuales. Cada asesor recibía como honorarios
2 900 euros. Los desembolsos se transferían a la cuenta de esa organización, que a su vez pagaba los respectivos honorarios a los especialistas.
Para los españoles, los procesos de los países bolivarianos representaron un aprendizaje: el surgimiento de liderazgos fuertes que nacieron en medio de la de crisis de los partidos políticos y los pedidos de cambios radicales desde distintos sectores sociales, que se plasmaron en asambleas constituyentes, de acuerdo con Franklin Ramírez, profesor de Flacso.
Tales experiencias pudieran ser plasmadas en España, si la agrupación Podemos –en ascenso- capta el poder central. Uno de los temas emblemáticos de los líderes de la agrupación es la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Según José María Guijarro, que llegó al país en 2010 para asesorar al entonces ministro coordinador de la Política y hoy canciller, Ricardo Patiño, el trabajo del CEPS fue fructífero para ambas partes. “Ha sido una relación win-win, una conexión virtuosa, para aprovechar las potencialidades de mucha gente que como nosotros quería participar en política, pero en el bando de gobiernos progresistas”, sostiene Guijarro. Él es subsecretario para África, Asia y Oceanía. Actualmente está a cargo de liquidar el Centro en Ecuador.
Errejón y su consultoría
El actual número dos del partido Podemos, Íñigo Errejón, colaboró con la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades). La asistencia del politólogo tuvo un antecedente: el contrato de prestación de servicios, suscrito el 8 de julio del 2008, para apoyar los procesos de reforma democrática del Estado, financiado con un crédito no reembolsable del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por USD 25 000.
A la época el titular de la entidad fue René Ramírez. En una presentación de su trayectoria personal, Errejón destaca que fue asesor político de Ramírez, a cargo del área de comunicación política. Pero además formó parte del “comité coordinador de la estrategia comunicativa para el primer aniversario del intento de golpe de Estado contra el gobierno de Rafael Correa, el 30 de septiembre del 2010”.
Ramírez, actual secretario (ministro) de Educación Superior Ciencia y Tecnología e Innovación, aparece como miembro del consejo consultivo de la fundación Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag). Este es un tanque de pensamiento, con sede en Quito, del cual también es parte Juan Carlos Monedero.
Para este reportaje se pidió, desde mediados de mayo pasado, una entrevista con Ramírez, a través de su equipo de prensa, pero no se obtuvo ninguna respuesta.
Según su sitio en Internet, el Celag fue fundado a principios del 2014 y está radicado en la Escuela de Relaciones Internacionales José Peralta, del IAEN. Y mantiene alianzas con instituciones de Bolivia, Venezuela y Argentina.
Está integrado por ecuatorianos, españoles, argentinos, venezolanos, bolivianos. Un español, Alfredo Serrano Mancilla, que también estuvo en Bolivia, aparece como su Director Ejecutivo.
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*Extracto de un informe divulgado en colaboración con el portal Armando Info.