España es, junto a Libia, Australia, Brasil y Turquía, uno de los países que más ha empeorado durante los últimos cuatro años en el Índice de Percepción de la Corrupción 2015, destacó este 26 de enero del 2016 en Berlín la organización Transparencia Internacional (TI) al publicar su listado anual.
En el ránking de 168 países, España ocupa la posición 36 con 58 puntos, dos puntos menos que en 2014 y siete menos que en 2012. En comparación con otros países europeos figura detrás de Portugal (63 puntos), Polonia (62 puntos), Chipre (61 puntos) y Alemania, que con 81 puntos se encuentra en la posición número diez.
Y muy por delante de Italia (44 puntos) y de Grecia (46 puntos). “El caso de España es bastante interesante, debido a todos los escándalos que han salido los últimos tiempos”, comentó a la agencia dpa Alejandro Salas, director para las Américas de TI, al analizar los resultados del informe 2015. “Creo que antes no se hablaba sobre ello, no era un tema, pero no es algo nuevo.
Al igual que en América Latina, no es que la corrupción en España empezara hace tres años, pero digamos que no era un tema, no se hacía público, no se hablaba de ello”, explicó. “Nos llama mucho la atención ver todos los escándalos, todas las noticias que salen todos los días en la prensa española”, reconoció sobre la ola de casos que alcanzan hasta a la Casa Real.
Salas explicó que aunque en España sí se han tomado algunas medidas, como por ejemplo, alguna legislación para mejorar cómo se supervisa el dinero que va a los partidos políticos, lo importante es pasar del papel a la práctica e implementar las regulaciones aprobadas. “Es importante que existan las leyes, el marco legal, pero donde España va a notar la diferencia es cuando empiece a aplicar las leyes. Si no lo hace, no va a avanzar y se va a ir quedando atrás”, alertó.
Sin embargo, no cree que el hecho de que la corrupción parezca formar parte intrínseca del país sea motivo para tirar la toalla. “Definitivamente se puede luchar contra la corrupción en España. Lo que no se puede es esperar que haya un solo actor del Estado que vaya a solucionar el problema“, indicó. En su opinión, tiene que ser un conjunto de actores que trabajen en una misma dirección. “Ahí es donde sí puedes ver el cambio”, aseguró poniendo como ejemplo el caso de Brasil, donde los fiscales, los jueces y la policía persiguen a los implicados en casos de corrupción, junto con la prensa y la gente que sale a la calle a protestar y ejerce presión, “algo bien importante”, destacó.
“No es válido decir que antes no había corrupción o que desde que llegó tal partido, la corrupción es nueva. Esas son exageraciones”, afirmó. “La corrupción obviamente se transforma. Puede ser que en el pasado hubiera más corrupción a nivel de Gobiernos locales y que hoy en día la veamos más a nivel central o que haya momentos en que la corrupción sea más centralizada, pero no es algo nuevo, que empezó en España hace cinco años”, recordó.
En este panorama de escándalos de corrupción, el emergente partido político de Podemos convirtió en parte importante de su agenda la lucha contra la corrupción, algo que para Salas es “siempre un peligro”. “Ellos detectaron que es un tema de demanda social y por eso se hizo parte del discurso. Ahora tienen que pasar de las palabras a los hechos. Refleja un poco el fenómeno de lo que ocurre en España, se hacen las cosas en papel, pero hay que implementarlas”, declaró.
El peligro está en no cumplir con las promesas, es decir, generar expectativas. “Eso le hace mucho daño a la sociedad. Generar expectativas y después no cumplir. No hay nada peor que mentir a la gente”, comentó. El informe anual de TI se basa en opiniones de expertos sobre la corrupción en el sector público. El resultado es un ránking de 168 países ordenados por una puntuación que va de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de bajos niveles de corrupción).
En 2014 el ránking incluyó 175 países. Más de dos tercios de los países incluidos en el índice 2015 obtuvieron una puntuación inferior a 50. Dinamarca lidera la tabla, con 91 puntos. Corea del Norte y Somalia la cierran, con ocho puntos.