Desde hace casi un año, los alumnos dejaron de asistir a sus escuelas y colegios. El 12 de marzo del 2020 fue el último día para recorrer aulas y patios, un día después de que se declarara la emergencia sanitaria en el país.
En instituciones fiscales de Quito como la Once de Febrero, ubicada en Nayón y la Luciano Andrade Marín, de San Carlos, se han colocado las sillas sobre las mesas, con las patas hacia arriba. También hay cintas amarillas en las aulas y en los patios, el silencio es absoluto.
El polvo de pupitres y escritorios se limpió y la maleza de patios, jardines y veredas exteriores se retiró.
3,3 millones de alumnos de centros fiscales han estudiado con fichas pedagógicas y a través de plataformas, incluidos los mensajes de WhatsApp con sus profesores, desde casa. En total, con particulares, municipales y fiscomisionales, en el país se registran 4,4 millones de chicos.
Colegios y escuelas en Ecuador cumplen un año vacíos por la pandemia del covid-19. Foto: Roberto Peñafiel/ EL COMERCIO.
Durante este año, solo algunos profesores han asistido a los planteles para entregar las colaciones escolares a padres de familia, en fechas programadas. Lo mismo para la recolección de libros y de portafolios (deberes) de quienes no han podido trabajarlos de forma digital.
La docente Ximena Duchicela fue a su plantel para entregar las colaciones escolares a los padres de sus alumnos. “Es raro ahora venir y encontrarse con silencio”, contó.
“Las instituciones vivimos de la presencia de los estudiantes en las mismas”, dice Mónica Aguirre, rectora de la institución educativa Once de febrero, ubicada en la parroquia de Nayón.
El no poder compartir con los estudiantes de manera presencial ha sido bastante complicado, cuenta. “Hemos luchado por llevar el conocimiento a cada uno de ellos, con la finalidad de que no se pierda el ritmo de estudios”.
En el país las escuelas cerraron el 12 de marzo del 2020 debido a la pandemia. Foto: Roberto Peñafiel/ EL COMERCIO.
El cuidado de la infraestructura de la institución ha sido permanente, aunque los estudiantes no estén se mantiene en buen estado.
Las aulas vacías tras un año de pandemia son una realidad en todo el mundo. En Nueva York, Unicef realizó una instalación con 168 escritorios vacíos, junto al mismo número de mochilas. Se trató de una representación de los 168 millones de niños cuyas escuelas han estado completamente cerradas durante casi un año, debido al covid-19.
En el país, un total de 449 centros tienen autorización del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional para aplicar el retorno progresivo y voluntario a clases presenciales.
Durante este año, solo unos profesores han acudido a las escuelas para entregar las colaciones escolares a los padres de familia. Foto: Roberto Peñafiel/ EL COMERCIO.
En ellos hay un total de 17 104 alumnos y 1 390 docentes. En el país se registran 15 945 instituciones educativas, lo que implica que han retornado a cerca del 3% de ellas. En las fiscales el regreso progresivo se aplica principalmente en centros ubicados en zonas rurales.