El Suburbio y sus inicios, allá por 1950. Los ramales del Estero Salado, cerrados por el crecimiento urbano. Y los cambios generados con el proyecto gubernamental Guayaquil Ecológico.
Un mapeo a la evolución de Guayaquil, que hoy supera los 2,2 millones de habitantes, fue uno de los primeros talleres de la Escuela Internacional de Verano, que se incuba en los salones de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Guayaquil.
‘Co-produciendo urbanismo ecológico para una transformación inclusiva de la ciudad’ es el nombre de este proyecto, organizado por la Universidad de Lovaina (Bélgica), la Universidad de Guayaquil y co-financiado por Cooperación Flamenca para el Desarrollo.
50 profesionales, entre activistas, urbanistas, arquitectos, sociólogos, antropólogos; de distintos países, como Brasil, Sudáfrica, India, Estados Unidos, Cuba, Brasil, Ecuador; analizan alternativas habitacionales, que fusionen la restauración y el manejo ecológico. Sus principales herramientas son la planificación ambiental y el diseño urbano, temas que debatirán desde este sábado 11 de julio hasta el 25.
“Nuestra idea es diseñar alternativas y tenemos un concepto multidimensional de una idea de diseño. No es simplemente un arquitecto que llega con su creatividad y realiza algo, no es eso. Es ponernos al servicio de las comunidades”, explica Viviana D’Aura, de la Universidad de Lovaina.
Y para acercarse a las comunidades, cuatro grupos de participantes de la Escuela de Verano asisten a varias zonas populares del sur de Guayaquil. El Suburbio -que alberga a al menos cuatro generaciones desde su creación- y tramos de la Isla Trinitaria son los espacios seleccionados para trabajar junto a los moradores. Desde este sábado empezaron los recorridos y se extenderán a lo largo de la siguiente semana, en visitas de seis horas diarias.
Los integrantes de la escuela desarrollarán diseños bajo principios de co-producción, como desarrollo de estrategias sostenibles de regeneración, viviendas equitativas, componente ambiental, entre otros.
“Este curso trata de romper el mito del arquitecto dueño del diseño, dueño de la ciudad, el que hace la ciudad. Se intenta discutir una nueva metodología que integre, en el proceso de producción de la ciudad, a quienes viven y hacen la ciudad”, enfatiza Patricia Sánchez, docente investigadora de la Universidad de Guayaquil y una de las organizadoras.
Para Sánchez, esta es una forma de nueva de hacer academia desde la gente, acercándose a la realidad habitacional de las comunidades de manera crítica. “Esta es una reflexión académica, una iniciativa académica (…) Por mucho tiempo la academia ha estado dentro de los campus, sin ver la realidad. Ahora lo estamos haciendo”.