Los vecinos salen todos los días a las calles de la ciudad para recoger agua en tanques o grandes bidones. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
El restablecimiento del sistema de agua potable en Esmeraldas es incierto. Hasta este jueves 25 de agosto del 2017, en horas de la tarde, los técnicos de la empresa EAPA-San Mateo trabajaban en la construcción de las bases para colocar una nueva bomba, según lo habían previsto.
Luego de esas tareas se deben hacer pruebas de funcionamiento de la planta, lo que tomará un tiempo adicional. Posiblemente, el servicio no se reanudaría este viernes como había informado el Comité de Operaciones de Emergencia (COE).
Los esmeraldeños están sin agua desde el domingo pasado (20 de agosto), cuando se dañaron dos bombas de la planta de captación. Desde entonces, 350 000 habitantes de los cantones Esmeraldas, Atacames y Rioverde están sin el líquido.
El lunes, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) suspendió las clases con el fin de reanudarlas en una semana.
La directora distrital de Educación de Esmeraldas, Magaly Ramírez, dijo que si no hay una nueva resolución del COE, las clases se restablecerán el próximo lunes, como fue anunciado en la resolución.
Si ese fuera el caso, los 76 000 estudiantes de los 156 planteles educativos del cantón Esmeraldas deberán regresar a las aulas después una semana de vacaciones obligadas por la falta de agua.
El alcalde Lenin Lara confía en que hasta el lunes el problema ya esté superado. Por eso señaló que se hacen todos los esfuerzos para restablecer el servicio a más del 75% del cantón Esmeraldas, es decir, cerca de 150 000 personas.
Entre los tres cantones, el número de afectados suma
350 000 personas, considerando la población flotante de turistas que visitan Atacames, según la EAPA-San Mateo.
Gabriela Rodríguez, madre de dos niños, dice que no sabe cómo irán a clases sus hijos si al barrio donde vive, 5 de Junio, solo ha llegado un tanquero con agua. En ese lugar no tienen el servicio desde hace ocho días y normalmente les llega dos veces por semana.
La situación en los barrios ribereños es más grave. Las familias han optado por lavar la ropa en el estuario del río Esmeraldas. En las zonas altas, algunos habitantes improvisaron letrinas en las lomas, porque no cuentan con agua para utilizar sus sanitarios.
Alejandra Marín, del barrio El Embudo, en la zona alta, contó que durante los últimos ocho días ha comprado hasta dos bidones de agua diarios para tomar. “Comprar agua en bidones nos cuesta un promedio de USD 2 diarios”.
Álvaro Calderón, quien hasta la presente semana se desempeñó como liquidador de la empresa EAPA-San Mateo, indicó que en los dos últimos años la planta ha tenido cuatro paralizaciones: dos luego del terremoto del 16 de abril y posteriores réplicas, y dos más por daños en las bombas.
El tercer daño se registró en febrero pasado, cuando dos bombas se afectaron y produjeron una suspensión del servicio por más de cinco días. La última ocurrió el pasado domingo, con el daño de dos de las tres bombas que funcionan en la planta de captación.
Según Calderón, las deficiencias de la planta fueron reportadas el alcalde Lara en diciembre del 2016, como responsable del proceso de repotenciación del sistema de agua potable de la ciudad, pero nunca respondió.
Al respecto, el Burgomaestre comentó que ese era un trabajo de la EAPA-San Mateo, mientras se avanza en el proceso de traspaso de esta empresa al Municipio, ya que se encuentra en liquidación.
Omar Estupiñán, expresidente ejecutivo de la EAPA, aseguró que el inconveniente de la planta se encuentra en la captación. Los problemas ocurren en verano, cuando bajan los niveles de agua, por eso se debe construir una nueva.
Calderón explicó que la nueva planta de captación no era una prioridad en el proyecto de repotenciación. Sin embargo, ahora el Municipio busca, a través de un contrato complementario, construirla con una inversión de USD 4 millones.
Esta nueva obra sería parte del proyecto regional de agua potable que se ejecuta desde febrero del 2016. Según los planes, un año después de la firma del contrato ya debía entregar agua, pero ha pasado un año y seis meses y aún no opera.
Según el responsable de la fiscalización municipal del proyecto regional, Álex Estupiñán, la construcción del sistema registra un avance del 60% y será entregado en el 2018. La inversión asciende a USD 130 millones.
Mientras avanza la construcción, las quejas de los hoteleros de Atacames son frecuentes por la frecuente escasez.
Sara Moyano, presidenta de la Cámara de Turismo de Atacames, contó que los hoteleros pagan hasta USD 60 por un tanquero, es decir, USD 20 más que antes; no obstante, ayer los tanqueros contratados por Flopec ayudaron en la distribución en ese cantón.
Para proveer del líquido vital a los tres cantones se han contratado 40 tanqueros que se aprovisionan en las dos tomas de la EAPA, ubicadas en el sur de la ciudad. Desde ahí salen a los barrios y parroquias en compañía de elementos de la Armada y Policía, para garantizar la entrega y que no se produzcan inconvenientes.