Son las 10:30 y los rayos del sol queman a los habitantes de San Antonio de Pichincha. El viento a esa hora también es protagonista. Una nube de polvo cubre a los sectores del extremo norte de Quito. Para Lourdes Tituaña ese es el panorama de todos los días, sobre todo en esta época del año. En su caso debe ir por cuarta ocasión a la lavandería.
Con un balde recoge agua y la esparce en el patio para evitar que la tierra del piso ingrese a su local. Cuenta que ya está resignada frente a esta situación; al igual que sus vecinos, ha adoptado medidas para evitar al polvo. En su local tiene puertas de vidrio; así expone sus productos y con una franela los limpia antes de venderlos.
Según Tituaña, los fuertes vientos y el polvo provienen del cerro Catequilla y de una cantera que está abandonada. Factores como la erosión y la explotación de canteras reducen la calidad del aire de ese sector, en donde habitan unas 65 230 personas.
Alerta por la calidad del aire
La Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito informó el viernes 9 de septiembre de 2022 que la calidad del aire era muy baja en San Antonio de Pichincha, Pomasqui, Calderón, Carapungo, Cotocollao y sus zonas aledañas, área donde es habitual la ausencia de lluvias. Además, la topografía propia de la zona y la radiación solar han causado el aumento de los índices de la contaminación ambiental, producto de los PM10, es decir del polvo.
Valeria Díaz, coordinadora de la unidad de investigación, análisis y monitoreo de la Secretaría de Ambiente, explica que el material particulado grueso, PM10, es un contaminante que se lo puede definir como aquellas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín o polen dispersas en la atmósfera; y que, por su diminuto tamaño, ingresan fácilmente por las vías respiratorias y ojos, causando problemas en la salud.
Ricardo Vallejo, quien vive en San Antonio de Pichincha, confirma que la explotación en las canteras y la deforestación son los principales problemas que inciden en la calidad del aire de esa zona. Él tiene una hija de 15 años y un hijo de 5. Ellos presentan continuamente cuadros de rinitis, gripes e incluso resequedad en la piel.
Esta situación también se vive en el barrio La Marca, ubicado en San Antonio. Los zapatos de los transeúntes se hunden en la tierra, y el polvo se convierte en una sombra para las personas que a diario circulan por ese lugar. Para María Chimpatasig, este escenario es preocupante por la indiferencia de las autoridades, quienes no cumplen con los trabajos de repavimentación y control de las canteras.
Por esa razón -dice- sus padres tuvieron que abandonar la casa que los acogió por más de 50 años. Carlos y María, ambos de 90 años, desarrollaron un cuadro de asma y ahora deben recibir tratamiento para controlar la enfermedad.
Menciona que por estos factores varias veces intentó vender su casa, pero no obtuvo resultado.
Y como medida alternativa, sus padres arrendaron un departamento en el centro de Pomasqui para evitar la contaminación, al menos de forma directa. La técnica en ambiente menciona que para medir la contaminación, la Secretaría de Ambiente establece una escala numérica que varía entre 0 y 500 puntos.
Existen seis niveles: deseable (0-50), aceptable (51-100), precaución (101-200), alerta (201-300), alarma (301-400), emergencia (401-500). En los días de mayor contaminación, el aire de Quito ha llegado a niveles de precaución, es decir, que superó los 100 puntos.
En jornadas como esas, los expertos en salud surgieren volver a una conocida práctica de la pandemia: utilizar mascarilla, especialmente las personas más sensibles, como es el caso de quienes padecen asma, alergias, problemas respiratorios y cardiacos.
¿Cómo lidiar con el polvo?
Diego Escobar, especialista en Otorrinolaringología, explica que las alergias se producen cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a una sustancia extraña que típicamente es inocua. En la época seca, que comprende de junio a septiembre, el clima en Quito ha sido variable, pero sí ha generado viento y polvo.
El médico dice que producto de esto y de los cambios bruscos de temperatura, varios pacientes han presentado casos de problemas respiratorios que normalmente derivan en resfriados, con afectaciones en las fosas nasales y problemas de garganta, como faringitis y rinofaringitis. Estornudos, ojos rojos, llorosos o con picazón son algunos de los síntomas.
Las personas que viven en zonas como las descritas deben protegerse del polvo, para lo que se aconseja limpiar la casa regularmente. El especialista menciona que es importante hacer vaporizaciones; este procedimiento consiste en inhalar el humo de alguna infusión para despejar las fosas nasales. Se aconseja usar menta o eucalipto, por sus propiedades descongestionantes.