Tracey Tokuhama: 'Hay que planificar las clases de septiembre, ya pasamos la etapa de reacción ante la emergencia'

Los estudiantes iniciarán el ciclo 2020-2021 en menos de un mes. Foto: Pixabay.

En algo más de un mes, 1,9 millones de estudiantes de Sierra y Amazonía volverán a clases, al ciclo 2020-2021. Ahora están de vacaciones. El Ministerio de Educación habla del Plan Abierto, que no implica asistencia presencial debido al riesgo de contagio del covid-19. Tracey Tokuhama, educadora, enseña un curso en la Universidad de Harvard, fundadora de la plataforma Conexiones, conversó con EL COMERCIO, sobre el tema.
En Sierra y Amazonía, el año lectivo terminó con un quimestre de clases no presenciales. El covid-19 aún es un peligro, ¿cómo evalúa lo vivido y cómo debiera ser el próximo ciclo?
Fue un gran desafío y no solo para el sistema educativo en Ecuador sino en todo el mundo. Hay un porcentaje de gente sin acceso a Internet, así que en otros lados ya empiezan a ser más creativos. Veo dos etapas; una de marzo hasta ahora, con una reacción ante la emergencia, por la que cada docente hizo lo que pudo. Pero ahora (en estos meses de vacaciones) tenemos la oportunidad de planificar un poquito mejor y crear un sistema que funcione.
¿Cómo lograr eso?
Uniendo esfuerzos desde el sector público y privado, incluyendo a universidades, para facilitar acceso a planes de datos. En otros países funciona muy bien la radio; también hay personas que van cada cierto tiempo a poblados y desde ahí cubren 150 metros, dejan información, para la semana.
Padres sienten temor al contagio. ¿Debe volver la clase presencial?
Les entiendo. Los niños pueden volver de la escuela con el virus y contagiar a la abuelita. En Francia se intentó volver a clases presenciales y lo que se logró es que suban los casos. Luego otra vez hay que cerrar todo. Una forma de dar certidumbres es seguir a través del sistema de videoconferencias, en el horario de clases presenciales, como hizo el Americano, por ejemplo.
Algunos colegios plantean la modalidad 'blended', clases semipresenciales para que los niños no pierdan el contacto.
El factor social es más eficiente en línea, donde pueden verse las caras, que en un aula a dos metros de distancia, todos mirando a una misma dirección, es decir las espaldas del otro, y con mascarillas. Además esa modalidad haría que el pobre profesor deba enseñar dos veces la misma cosa.
¿Qué hacer con los niños? Los padres trabajan ya de modo presencial.
Hay que ser creativos y no solo demandar que el colegio responda a sus necesidades. En Nueva York se organizaron en barrios, en edificios y en bibliotecas, para cuidar a grupos pequeños.
¿Los docentes deben prepararse más para la educación en línea?
Sí y algunos no aceptan el cambio y nunca más regresaremos a lo que ya tuvimos. Dicen ya mismo volverá la normalidad. Deben prepararse para la clase inversa; implica más trabajo, hacer o escoger vídeos y textos y estar listos para que niños les hagan cualquier pregunta. En el Zoom se puede dividir al grupo, para que trabajen unos 15 minutos en aulas pequeñas de Zoom y luego vuelven y la clase se hace divertida, dinámica. Conozco escuelas, en donde los profesores de matemáticas, por ejemplo, están trabajando juntos, para crear vídeos o buscarlos en Kant Academy, para todo el semestre. Pero ya hay que organizarse y eso toma tiempo, hay que aprovechar estas seis u ocho semanas.




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