Entrevista a Milton Luna, ministro de educación. Foto: Digo Pallero/ EL COMERCIO.
Un mes y 17 días lleva Milton Luna al frente del Ministerio de Educación. Y a lo largo de la entrevista, con insistencia, pide que le dejen ‘asentarse’ y desarrollar su propuesta de nueva escuela, que implica reorientar la política en esta materia. Sin dar cifras -eso lo deja en manos de su viceministro, Francisco Cevallos,- y con una mirada a largo plazo, compartió sus planes.
¿Cómo encontró al Ministerio de Educación?
Hay un arrastre de un montón de cosas y una propuesta nueva que busca asentarse, pero el arrastre es muy pesado y el tiempo, corto. Los nuevos directivos tenemos larga experiencia, pero el tema de la gestión está a tope: fin de año con medidas económicas no tomadas en los últimos 15 o 20 años, por la crisis. Se magnificó el problema intencionalmente, para distorsionar.
¿Cómo encara eso?
Queremos desprendernos de ello y dar soluciones. Pero ya hemos tenido gente en las calles, les dijimos dialoguen.
¿Con quiénes ya dialogó?
FESE, Conferencia Episcopal Ecuatoriana, empresarios, UNE, dos Redes de Maestros. A quien llega le dan 100 días, para que se asiente y entienda dónde está. Este es el Ministerio más grande, con 200 000 empleados, impacta en 4 millones de alumnos y repercute en más de la mitad del país.
Ud. asumió el Ministerio en medio de recortes. ¿Qué pasará con los uniformes, libros y más programas?
Va a haber continuidad, habrá una reorientación hacia temas más estructurales. No vamos a llenar parches, como se hizo antes; y lo he señalado, ciertos parches interesantes, pero parches al fin. Modificaremos el modelo educativo del país y el de gestión. Y para esta segunda parte que nos abruma un poco y que incide en la primera por los recursos, aplicaremos calidad del gasto.
¿Cómo hacerlo?
Seremos más efectivos y redireccionaremos los recursos hacia lo más importante, no dado por la racionalidad economicista administrativa sino por conceptos educativos. Hay programas que tienen compromisos de préstamos internacionales, no los desecharemos, los racionalizaremos y reconduciremos a objetivos concretos. Vamos hacia una política docente integral.
Varios ministros han hablado de la revalorización de la carrera docente. ¿Cuál será la diferencia?
Nos hemos llenado la boca diciendo que el profesor es lo más importante. Pero nuevamente parches o acciones de administradores de la educación para cumplir con un programa. Buscamos dejar una política integral docente, una planificación del tema de jubilaciones al 2030, ligado a formación y estímulos, resultado de un acuerdo nacional.
¿Qué se debe superar?
El país, desde los ochenta hasta el 2003, vivió y practicó como política educativa la salarización, por la fuerte presencia de sindicatos. Fueron años de ajustes. En esa trampa histórica no hay que caer.
En esa época se juzgó a la UNE porque vivía en paros, no había clases. Pero los sueldos siempre fueron bajos y llegaban tarde.
Sí, fue justo. El error fue quedarnos en eso. No les diremos olvídense de los temas de salarios, de recategorización. Si nos dejan actuar construiremos una política docente.
¿Con quiénes?
El país se acostumbró al autoritarismo. El Presidente ha planteado un gran acuerdo nacional sobre diversos puntos, uno es este. Estableceremos canales democráticos para la reconfiguración de la representación docente en el país.
¿Cómo será?
Convocaremos al Consejo Nacional de Educación, que existe desde 1980; está en la Ley desde el 2011; requiere representantes de docentes, padres, estudiantes y sociedad civil. Seguro el temor de anteriores ministros fue decir ¿a quién convocamos?
¿Y usted cómo lo hará?
Le pediré al Consejo Nacional Electoral convocar a una elección del representante docente para el Consejo de Educación. El nivel de dispersión en ese gremio es como el de los partidos políticos. Que haya una lid democrática. Si soy Red de Maestros y tengo los votos suficientes entraré si no, no. El delegado no lo elegirá el Ministro o el partido.
¿Para qué el Consejo?
Se han puesto en marcha muchas políticas para docentes, bien concebidas, pero parciales. Todo eso hay que colocar en un paquete, que responda a una pregunta ¿qué tipo de docente queremos en el país? No para el 2019, para el 2021, 2024 sino pensando en el 2045.
¿Cómo será ese profesor?
Uno sintonizado con la contemporaneidad, bien formado, bien pagado, sensible con la humanidad, nutrido de historia, que no maltrate. Pero que sepa de la materia.
¿Qué se debe ajustar?
Hay que evaluar la capacitación docente en el país, que ha sido un desastre. Lo mejor es ver qué han aprendido los guambras y si todos están mal en matemáticas, algo pasó.
¿Vamos a PISA 2021?
No. Cuesta casi un millón. Es por sentido pragmático y técnico. Los resultados nos dicen lo mismo que sabemos desde 1990. Tenemos las ERCE. Hay que evaluar si son buenos ciudadanos, falta eso.
¿Qué más está en su plan?
Vamos a reabrir una escuela en Chimborazo la próxima semana. Haremos un anuncio sobre educación en casa, el gran paraguas es la nueva escuela, entraremos por los más pobres, con alianzas con indígenas, montuvios.
Buscamos acuerdos con prefecturas y municipios, lo privado, con el concepto de minga. Vamos a reutilizar la infraestructura, pero con un nuevo modelo, no será de la noche a la mañana.
Hoja de vida
Milton Luna tiene 60 años. Dirigió el Contrato Social por la Educación desde el 2002 hasta diciembre 2018. Crítico con las políticas del anterior Gobierno. Fue maestro en Historia de la Educación de la PUCE.
Su pensamiento
Se hizo bien transparentado la violencia, pero faltan otros mecanismos, como que la Consejería Estudiantil funcionen.