Entrevista a Julio José Prado, presidente ejecutivo de la asociación de bancos. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Entrevista a Julio José Prado, presidente ejecutivo de la asociación de bancos.
¿Cómo cerrará la economía este año?
Estamos en un nuevo ciclo económico, marcado por una tendencia de menor liquidez en la economía. La tasa de crecimiento de depósitos está creciendo más lentamente y, con ello, se espera que la entrega de crédito también se desacelere.
¿Cuál es la proyección de crecimiento para el PIB?
Las proyecciones oficiales están en el 1,8 y el 1,9% para este año. Pero creemos que es difícil llegar a esa meta y estaremos en el 1,1 o el 1,2%.
¿Y el 2019?
Depende del ajuste fiscal y de si se logra mantener niveles de crédito y de liquidez adecuados en la economía. Creemos que el 2019 vamos a crecer menos que en el 2018.
¿Por qué?
Tiene que ver con el modelo de crecimiento que habíamos tenido en los últimos años, que se ha ido agotando. En el 2016 y parte del 2017 vivimos una especie de primavera económica: un momento en el cual pensamos que la economía se estaba recuperando, pero en realidad era el efecto de la gran cantidad de liquidez que inyectó el Gobierno anterior, sobre todo en elecciones. El problema es que esa liquidez se consiguió con créditos externos tremendamente caros. Además, el Gobierno se endeudó con el Banco Central, generando un hueco de liquidez que sigue latente.
¿En qué se evidencia?
Vemos con preocupación la disminución de las reservas internacionales, que apenas cubren el 84% de las reservas bancarias privadas. Estas últimas cerraron al 5 de octubre en USD 2 680 millones, pero la reserva internacional fue solo de 2 250 millones. Nos preocupa porque la cobertura siempre debe ser del 100%.
¿Qué dice el Gobierno?
El equipo económico del Banco Central nos ha dicho que esta semana se estará acudiendo al mercado internacional y que se vienen algunos desembolsos. Eso hará que tengamos algunos flujos las próximas dos semanas para llegar a un nivel más aceptable de reservas internacionales.
Pero ¿esos recursos irán a fortalecer las reservas?
Hay una gran cantidad de necesidades, pero es necesario que una parte del dinero vaya obligatoriamente al Banco Central. En el futuro tenemos que lograr un acuerdo con el FMI. Esa es la única forma de conseguir una credibilidad que nos permita acceder a fondos más baratos.
¿Estamos listos para eso?
Ecuador tiene hoy unas mejores credenciales. No se trata de si queremos ir al FMI, sino que tenemos que ir para conseguir recursos para estabilizar la economía. Caso contrario tendremos que colocar bonos, que es deuda bastante más cara, más cara que la lograda en años anteriores.
¿Cuándo se debiera tocar la puerta del Fondo?
Este año debiéramos, al menos, iniciar los diálogos.
¿El cambio de modelo económico va muy lento?
La Ley de Fomento va a generar buenos resultados en inversión interna. Los incentivos motivarán que las empresas amplíen sus capacidades locales. Pero la inversión extranjera tomará más tiempo y dependerá de otras condiciones, incluso internacionales. Los mercados emergentes no están en su mejor momento, debido al alza de las tasas de EE.UU. La Ley de Fomento es una muy buena señal, pero necesitamos acelerar las decisiones económicas. Se debe dar prioridad a lo económico frente a lo político, más cuando se acercan las elecciones seccionales.
¿Cómo impacta al país el alza de tasas de EE.UU.?
Encarece el financiamiento.
¿Cómo afecta a la banca?
Encarece el fondeo. La banca tiene dos formas de fondeo: depósitos y recursos internacionales. Pero ahora los capitales están fluyendo a EE.UU. que ofrece una tasa atractiva. Hay que decir que la banca ha aprendido de crisis anteriores y tiene fondos en el país y en el exterior por USD 10 000 millones, los cuales permiten dar tranquilidad al depositante.
¿Cómo ven la decisión de la Junta de revisar las tasas de interés locales?
Las tasas son fijadas de manera antitécnica. Hay que decir que las tasas de interés venían bajando por condiciones de mercado. En el 2016 la tasa de interés promedio de todos los créditos era de 12% y en el primer semestre de este año se ubicó en 10,5%, porque había liquidez en el mercado y la banca estaba compitiendo por colocar esos recursos. Pero estamos en un nuevo entorno económico. Hay menos liquidez y los bancos van a tratar de ofrecer una tasa pasiva más atractiva para captar depósitos. En algunos casos esto puede impactar en el margen financiero y afectar la rentabilidad, ya que no pueden subir la tasa de los préstamos para compensar. Una baja de tasas en los créditos como ha anunciado la Junta puede complicar en un entorno donde se espera más morosidad y menos liquidez en la economía.
¿Complicar, cómo?
Podría ser una receta para que tengamos un cierre del crédito mucho más fuerte del que deberíamos tener.