Entrevista al canciller de la República, José Valencia, sobre la acción de protección de una jueza a la exigencia de pedir pasaporte a los ciudadanos venezolanos. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Desde el 18 de agosto, el Estado ecuatoriano exige pasaporte a los ciudadanos venezolanos. Tras una acción de protección, una jueza determinó que la medida contravenía la normativa nacional y dictó medidas cautelares para impedir su aplicación.
En un diálogo que ocurre una hora antes de haberse iniciado la audiencia, el pasado viernes, el canciller José Valencia defiende esta acción.
¿Cómo se coordinó con el Ministerio del Interior la exigencia del pasaporte a los venezolanos?
La creciente tendencia al alza del número de personas que ingresaban al país por la frontera norte se convirtió en un evento severo. Esto hizo que los filtros de control se vieran desbordados y con dificultades de validar las cédulas de identidad de los ciudadanos venezolanos. Esto motivó a que la Cancillería, como autoridad de movilidad humana, expidiese esta decisión, fundada en argumentos legales. Es enteramente legal.
Al hablar sobre la legalidad de la medida, la Iglesia Católica la criticó. La Defensoría del Pueblo y la Defensoría Pública pidieron medidas cautelares. ¿No se restringieron derechos humanos?
También es preocupación del Gobierno los derechos humanos. Hay instalaciones que se han establecido en la frontera, carpas del Ministerio de Inclusión. Hay puntos para proveer atención médica y vacunación, es decir, una real demostración de atención por derechos esenciales.
Respecto de la objeción de pedir únicamente pasaporte, quiero insistir que un 80% de venezolanos entra con pasaportes. La ley determina que los documentos de ingreso al Ecuador tienen que ser válidos y verificables, y hay grandes problemas en validar las cédulas venezolanas, que son expedidas con una tecnología antigua y fáciles de clonar o adulterar.
Se viene un problema de imagen para el Gobierno. ¿No se vio ese escenario?
El Gobierno actúa por principios y apegado a la ley. Otras consideraciones, que no sean esas, no están tomadas en cuenta. En estas circunstancias está obligado a tomar medidas para la validación. ¿Qué tal si el Gobierno dijera que no va a controlar a quienes entran al país? Eso no funcionaría en ningún lugar del mundo.
¿No fue un problema político haber lanzado esta decisión de la forma en la que se hizo?
Creo que no. Cuando se obra de acuerdo con la ley se precautelan otros derechos, como seguridad a la comunidad de acogida, y pedir la identidad de los migrantes para que avalen sus propios derechos.
La exigencia de pasaportes se toma desde el sábado en Perú. ¿Qué pasará con los venezolanos que ya no puedan pasar al sur?
La Cancillería es sensible con la situación de los venezolanos. Pese a las graves limitaciones económicas del país, por las restricciones y las medidas de austeridad revelan las urgencia del Estado. Y aun así, hace todo el esfuerzo de alojamiento, salud, alimentación y transportación, cuando es el caso. Esa actitud es solidaria.
¿Cuál es el estatus migratorio de los venezolanos?
Es un estatus diverso. Ecuador ha concedido 90 000 visados para que estén en el país, hay otras 35 000 pendientes. El Estado tiene el mandato de que los extranjeros puedan acceder a su documentación.
¿Hay acuerdos para que se emitan pasaportes y cédulas de Venezuela aquí?
Recibimos la visita del viceministro de relaciones Exteriores de Venezuela, le hicimos saber la urgencia que el Ecuador tiene para que se provea de documentos a sus ciudadanos. Todos estos documentos tienen que ser proporcionados por el Gobierno venezolano.
¿Llegaron a acuerdos?
Tuvimos apertura. Dijo que iba a hablar con sus autoridades, para que la emisión de pasaportes en el Ecuador se realice y sea efectiva. Creemos en la palabra y los ofrecimientos.
Le digo porque en la declaración (de la salida de Ecuador de la Alba) se dijo que había frustración…
Vamos a buscar que esos ofrecimientos se cumplan, porque cuando hay un planteamiento serio de un país, el otro país debe recogerlo y esperar que se concrete.
¿Qué hacer para terminar con esa frustración?
La frustración nuestra va dirigida a mirar cómo la compleja situación de Venezuela no se resuelve, y continúa un gran el flujo de personas con grandes necesidades que impacta y que pueden traer una serie de complicaciones, primero para estas personas que salen de su país y luego al resto de países de la región.
Nuestra frustración es por ver que no hay una solución a la vista para que este flujo migratorio pueda estabilizarse, es una preocupación para nosotros y el resto de países, y por eso va nuestra iniciativa de buscar que todos los países de la región nos sentemos en una mesa y dialoguemos sobre estos temas, de forma técnica, para que haya una adecuada regulación de este flujo migratorio.
¿Es un error que Venezuela esté en esas mesas de diálogo, porque de alguna forma el representante de Venezuela puede obstaculizar el diálogo?
No. Todo lo contrario. El Ecuador considera que esos problemas tienen que discutirse entre todos los involucrados. Y por supuesto el Gobierno venezolano tiene algo que decir y algo que hacer, y hay que escuchar su voz y entre todos debemos buscar mecanismos de cooperación.
FRASE
“Nuestra frustración es ver que no hay una solución a la vista para que este flujo migratorio pueda estabilizarse”.