Entregan en Colombia restos de 29 desaparecidos a sus familias

Miembros de la Fiscalía resguardan las urnas con los restos de las víctimas homenajeadas en Villavicencio, departamento del Meta. Foto: AFP

Miembros de la Fiscalía resguardan las urnas con los restos de las víctimas homenajeadas en Villavicencio, departamento del Meta. Foto: AFP

Miembros de la Fiscalía resguardan las urnas con los restos de las víctimas homenajeadas en Villavicencio, departamento del Meta. Foto: AFP

En pequeños ataúdes marrones, los restos de 29 desaparecidos durante el conflicto armado en Colombia fueron entregados el pasado jueves 17 de diciembre del 2015, a sus familiares, tras un acuerdo humanitario entre el gobierno y la guerrilla FARC en el proceso de paz en Cuba.

Velas, fotos y rosas blancas, amarillas y rojas, abundaban en la ceremonia que transcurrió a las afueras de la ciudad de Villavicencio (centro), donde reposaban las 29 cajas mortuorias con los nombres respectivos.

Sus cuerpos, identificados por la Fiscalía, habían sido sepultados en fosas comunes de cinco cementerios de los departamentos del Meta y Guaviare, ambos zonas de influencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).

José Manuel Calderón, campesino de 60 años, acudió a la ceremonia con ansias: finalmente recibió los huesos de su hijo, reclutado forzosamente a los 11 años por las FARC, y a quien no volvió a ver hace más de una década. La única foto de un niño junto a la seguidilla de ataúdes era suya.

“Uno siente alegría pero también mucho pésame por no haberlo visto antes. Volver a saber de él en estas condiciones es duro”, dijo a la AFP este desplazado por la violencia, cuyo hermano murió a manos de las FARC, principal grupo insurgente del país.

En los cementerios de esta zona han sido inhumados como “N.N.” (cuerpos no identificados) miembros de las FARC, pero también civiles ejecutados extrajudicialmente y reportados por los militares como guerrilleros muertos en combate con el fin de obtener beneficios dentro de las fuerzas armadas.

“Que no nos salgan con el cuento de que nuestros esposos fueron guerrilleros o paramilitares porque mi esposo era un chofer de servicio público”, aseveró por su parte Dora González, 60 años, quien recibió este jueves a su marido muerto. Soldados se lo llevaron en 2006, “le pegaron un tiro en la cabeza y lo enterraron con otros dos” en el camposanto de Vistahermosa, Meta, señaló adolorida.

Las ejecuciones extrajudiciales a manos del Ejército colombiano ascienden a 4 000 en la década del 2000, según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, con sede en Nueva York.

Primera Ceremonia

Unas 700 personas, entre familiares, funcionarios y defensores de derechos humanos, se congregaron en la primera ceremonia de entrega de restos de desaparecidos de tal magnitud, en más de 50 años de conflicto armado. También es la primera después de que, en octubre, las FARC y el gobierno colombiano, que sostienen negociaciones de paz en Cuba, alcanzaran un acuerdo humanitario sobre desaparecidos.

Históricamente, varios municipios del Meta, en los Llanos Orientales, han tenido presencia de las FARC, que cuentan con unos 7 000 combatientes según cifras oficiales.

El Guaviare, también bajo influencia del grupo rebelde, es una región productora de hoja de coca de Colombia principal proveedor mundial de cocaína.

La conflagración interna en el país ha dejado al menos 220.000 muertos, y en ella han participado guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas militares.

Acuerdo humanitario

El acuerdo de octubre -que establecía “medidas inmediatas humanitarias de búsqueda, ubicación, identificación y entrega digna de restos” de desaparecidos- permitió “agilizar” estos procesos, e hizo posible el evento de este jueves, declaró a periodistas el delegado gubernamental en el proceso de paz, Sergio Jaramillo.

“Esta ceremonia es una muestra de que se está terminando el conflicto y cuando se termina una guerra, el primer deber que tenemos es de entregarle a las familias sus seres queridos, no importa por qué razón hayan muerto”, agregó Jaramillo.

Por su parte, el vicefiscal general, Jorge Perdomo, afirmó que en ese marco, su entidad tiene un plan para intervenir otros 25 cementerios, ubicados principalmente en el Meta y el Huila, y prepara una ceremonia similar de entrega de huesos, a comienzos de 2016.

Según Pablo Cala, del colectivo Orlando Fals Borda, que acompaña a las víctimas, cinco cementerios de los Llanos orientales concentran el 15% de las más de 20 000 personas inhumadas como NN en toda Colombia.

Aunque no hay consenso sobre la cifra de desaparecidos en Colombia, se estima que ésta puede alcanzar hasta 100 000 personas, juntando estimaciones del gobierno y de organizaciones de derechos humanos.

Muchas víctimas pueden reposar en fosas comunes de grupos armados ilegales en lugares remotos, o en otras usadas por las propias fuerzas militares, entre 1 435 cementerios.

En mayo, el presidente Juan Manuel Santos ordenó identificar a guerrilleros caídos en enfrentamientos antes de enterrarlos, poniendo fin a una práctica de décadas.

Tras recibir los féretros este jueves, nueve familias decidieron enterrar lo que quedaba de sus parientes en el camposanto central de Villavicencio. Sus nombres en las bóvedas quedaron grabados con marcador. Pero al menos, tenían nombre.

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