Las enmiendas vuelven a poner a Montecristi en el escenario político

El paseo lúdico, de 4 km y seis terrazas  recreativas, une Montecristi con la Ciudad Alfaro.

El paseo lúdico, de 4 km y seis terrazas recreativas, une Montecristi con la Ciudad Alfaro.

Montecristi, ciudad en la que se escribió la Constitución, vuelve a ser el centro de la atención política. El próximo lunes llegará la Comisión Ocasional de la Asamblea como parte del proceso de divulgación de las 16 enmiendas a la Carta Magna.

El complejo que se construyó para que se instalara la Asamblea Constituyente recibe diariamente a cientos de visitantes de varias ciudades del país y del extranjero.

Carlos Tejera es uno de ellos. Viaja todas las semanas de Guayaquil hacia Manabí desde hace varios años como e de una comercializadora de tractores. En esos recorridos pasa frecuentemente por Montecristi. Robándole tiempo al trabajo, el lunes pasado decidió subir por primera vez al Centro Cívico Ciudad Alfaro.

Él, como muchos, pensaba que se iba a convertir en un elefante blanco luego de la redacción de la Carta Política entre el 2007 y el 2008.

Pero con su teléfono inteligente tomaba fotos de este centro, asombrado de cómo, al cabo del tiempo, se convirtió en uno de los referentes turísticos de la provincia y vínculo de los pobladores con la historia por ser la cuna del líder de la Revolución Liberal, Eloy Alfaro Delgado.

Desde el 2009 en que se constituyó este centro que busca preservar “la arquitectura monumental” y rendir homenaje “a los procesos revolucionarios”, según su presidenta ejecutiva, Tatiana Hidrovo, han llegado 1,13 millones de turistas del país y el mundo. Pero lo que más ha buscado es tener un vínculo con la población de esta ciudad de 734 km2 y poco más de 70 000 habitantes. 


Para llegar a Ciudad Alfaro desde Montecristi hay que tener la fuerza de un escalador por el cerro que lleva el mismo nombre.

El empinado camino asfaltado solo tiene como atractivo visual 24 carteles. “Bienvenidos hermanos de Pichincha”, “bienvenidos hermanos de Loja”, “bienvenidos hermanos de Manabí”, y así sucesivamente por las 24 provincias del país. 
Por eso se construyó el ‘Paseo Lúdico’, un camino de cuatro kilómetros en zig-zag con seis terrazas recreativas, deportivas y culturales para que la población de Montecristi encuentre más de una razón para subir al lugar donde se levanta el mausoleo de Alfaro, el museo y el único archivo histórico que tiene la provincia.

Y no lo desaprovechan. Adolescentes enamorados se abrazan y besan; adultos mayores dan uso de los aparatos de gimnasia y la pista de bailoterapia.

La última terraza reproduce un centro ceremonial de la cultura precolombina manabita. 
“La gente sube y baja todos los días desde que se hizo ese paseo.

Es algo muy bonito y ha dado un realce a Montecristi”, dice Milton Manrique. Y aún queda en los pobladores, como recuerda Jorge Cedeño, gestor cultural del Municipio, la noche en que se presentó la Sinfónica de Guayaquil: “vinieron desde los sectores rurales. Era algo que no imaginábamos”. 


La Ciudad Alfaro es una dependencia del Ejecutivo que se creó por mandato de la Constitución, recuerda Hidrovo. USD 4 millones es el presupuesto anual.

La mitad está destinada para gasto corriente y el resto en inversión, como el de la recuperación de la memoria o el trabajo de investigación de la cultura precolombina en el cerro Hojas-Jaboncillo.

En total, tiene 71 trabajadores. Y la ciudad luce bien cuidada. 
Y a este lugar, llegarán el próximo lunes los representantes de la Comisión Ocasional de la Asamblea que trata las 16 enmiendas a la Constitución. Costará USD 600, totalmente financiado por la Asamblea.

La ciudad de la revolución


La imagen de Alfaro se reproduce por todos lados. En una de las paredes de la ruta principal, está la trilogía revolucionaria: Alfaro, ‘Che’ Guevara y Rafael Correa. Y no hay nadie en esta ciudad que dude que fue aquí donde comenzó el proceso del Socialismo del siglo XXI.

Pero la revolución ciudadana no triunfó en las últimas elecciones seccionales. Vanessa Castillo, de Alianza País, quedó cuarta. Quien ganó fue Ricardo Quijije, candidato por SUMA, el movimiento fundado por Mauricio Rodas.

¿Se puede decir que ganó la oposición? Quijije abre su billetera y muestra un carné predominantemente verde flex y que data desde el 2008. Su victoria es fruto de lo que el mismo Correa, luego del 23 febrero, reconoció como parte del sectarismo.

“SUMA fue el partido que me dio lugar. Y aquí en Montecristi reprodujeron los errores de la partidocracia y no se dieron cuenta que en una ciudad tan pequeña nos conocemos todos y sabemos las trayectorias de cada uno”, afirma.

No hay nadie en esta ciudad que desconozca que la realización de la Constituyente cambió la cara de la ciudad. Se asfaltaron caminos, pero el agua potable sigue siendo un déficit. “Todavía usamos tanquero y el agua entubada que sacamos de un pozo nos llega una vez por semana, aunque sabemos que el Alcalde está trabajando para darnos agua”, dice Héctor Anchundia, descendiente de Eloy Alfaro y poblador de los bajos de Montecristi, como denominan el sector rural. 


Esta ciudad es parada obligatoria de los cruceros que se detienen en Manta. Van por las artesanías, sobre todo los sombreros de paja toquilla.

Pero si este sector se vio favorecido con el impulso de Ciudad Alfaro, no puede decir lo mismo el sector hotelero. 


Confiado en que llegarían turistas para quedarse, se levantaron hoteles y hostales. Pero lo cierto es que ni siquiera en tiempos de la Constituyente se llenaron. Los asambleístas y sus asesores preferían pernoctar en Manta.

“Solamente se quedaban aquí los que venían a presentar proyectos a la Asamblea”, dice Orlando Flores, administrador del hotel Orlando.


El mejor día para este hotel de cinco pisos es de cuatro personas. El cartel del hostal Mirador está arrimado en el garaje. Ahora se alquila como departamentos.

En el hotel El Refugio no responden al timbre. 
Próximo a caer la noche, seis jóvenes están para subir al bus que los devuelva a Manta, su ciudad. “¿Quién es Alfaro? El mejor ecuatoriano de todos los tiempos y un orgullo manaba”, dicen casi a coro.

En contexto

20 constituciones se escribieron en el país. De ellos, dos son más conocidos por la ciudad en la que se redactaron: la de Riobamba de 1830, que funda el país, y la de Montecristi, del 2008. El próximo lunes, la Asamblea presentará las 16 enmiendas a la Carta Magna.

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