Redacción Construir
Uno de los acabados más comunes de las mamposterías es el enlucido. Este no es otra cosa sino colocar una capa de mortero sobre los bloques o ladrillos, para que la pared se vuelva lisa y uniforme.
Las herramientas adecuadas para realizar este trabajo son los bailejos, balaustres y codales. El codal es ese palo largo que sirve para distribuir la mezcla por toda la superficie de manera uniforme.
La manera más sencilla y rápida de realizar el enlucido de un techo o mampostería es la siguiente, según el Arq. Diego Rojas.
Primero se debe dejar totalmente limpia la superficie. Para eso se puede utilizar Limpiez, un producto que sirve para quitar todas las eflorescencias y hongos del tumbado. Luego se ejecuta un lijado rápido para igualar la textura de la pared.
A continuación, explica Rojas, se utiliza el mortero. Este, generalmente, es de cemento y tiene una proporción de una parte de cemento Portland por tres o cuatro de arena fina y agua. La cantidad de agua debe ser del 9% .
El mortero se distribuye de modo uniforme por toda la pared con el bailejo. Luego se va alisando con el codal. Siempre se debe comprobar el nivel y la horizontalidad con la plomada y el nivel. Una vez realizada esta operación se deja secar y se procede al pintado. Este tipo de acabado no es el único que se puede aplicar a una pared. Actualmente se estila mucho el estucado o el empastado, variaciones de este proceso.
Para el empastado se utiliza el empaste, que puede ser Sika para interiores u otro parecido que se oferta en el mercado. Estos productos, generalmente, ya vienen listos para utilizar y solo necesitan que se les agregue agua. Con una llana se va colocando una capa muy fina sobre toda la superficie. Siempre es mejor una capa fina que una gruesa, afirma Rojas.