Movimiento de tierras en Yachay (enero de 2015), en donde se debía edificar el complejo. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
A Enfarma se la puede comparar con una plantación afectada por una plaga en la que se invirtieron altas sumas de dinero pero nunca dio fruto. Tras seis años está en proceso de liquidación por no cumplir con sus “fines y objetivos”.
Amparada bajo el Decreto Ejecutivo 181 del 30 de diciembre del 2009, la firma estatal vio la luz con la meta de producir y vender fármacos. Eso no se cumplió y más bien registró pérdidas por USD 8,4 millones entre 2015 y 2017, según la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas (EMCO).
Al Estado le costó USD 25,7 millones esta empresa, de acuerdo con un informe de la liquidadora María Cecilia Vargas, al que accedió este Diario.
“Fue una buena idea que, en la práctica, no funcionó”, dijo hace dos años el expresidente Rafael Correa, quien firmó decretos de creación y extinción.
La decisión del cierre en el 2016 fue ratificada por el actual mandatario Lenín Moreno, quien dispuso la liquidación inmediata en abril pasado. Lo hizo en el marco del plan de optimización del Estado.
El proceso no es sencillo, lleva dos años y demanda recursos por USD 3,3 millones. Además, la empresa debe atender obligaciones que mantiene con instituciones estatales.
En Yachay (Imbabura), por ejemplo, se planificó construir un complejo farmacéutico en 22 hectáreas para producir medicamentos. Para ello se firmaron ocho contratos por un monto de USD 8,4 millones. El rubro más fuerte (4,9 millones) fue para el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que hizo el movimiento de tierras.
También se contrató por USD 2,5 millones a la firma española Novocat Farma, para que se encargara del diseño arquitectónico y la ingeniería básica.Sin embargo, este contrato no se concretó y se conoció que la empresa europea no cumplía con requisitos técnicos y financieros, por lo que la Contraloría comenzó un examen especial.
Sobre el tema, Jorge Martínez, gerente de la empresa pública Yachay EP, explicó que ya elabora un informe sobre lo que se hizo en el sitio en el que se construiría Enfarma.
“Se hará un inventario. Ahí no hay plata, hay un terreno”. Este espacio , dijo, puede servir a otras empresas.
Este proyecto requiere de un informe del Ministerio de Finanzas para ser dado de baja.
Enfarma también cerró convenios y contratos para la compra y provisión de medicamentos para las unidades públicas del Ministerio de Salud Pública. Se convirtió en una especie de intermediadora para la compra y venta de fármacos.
En total hubo nueve procesos por USD 13,1 millones. La Contraloría debe determinar responsabilidades por acciones y omisiones.
Además, se requiere de un acercamiento con la Cartera de Salud para saldar pagos, antes del inicio de la coactiva.
Consultada sobre el tema, la ministra de Salud, Verónica Espinosa, respondió que toda pregunta se debe realizar directamente a la farmacéutica estatal. “Nosotros no tenemos nada que ver. El Presidente del Directorio (de Enfarma) es Senplades”, dijo ayer en un evento en Guayaquil.
Sin embargo, el Presidente de ese Directorio de Enfarma es el Ministerio de Industrias y Productividad. En un decreto anterior, el 462, del 1 de agosto de 2018, se señala que “los Directorios de las Empresas Públicas creadas por la Función Ejecutiva estarán integrados por la o el titular del Ministerio del ramo correspondiente, o su delegada o delegado permanente, quien lo presidirá”.
En el informe de la liquidadora también se detallan los productos cubanos caducados que se encuentran almacenados en Emsa Airport. Son 410 731 dosis de vacunas que no han sido desaduanizadas por posibles riesgos. Este producto es parte de los contratos 034 y 2/2014 suscritos por USD 4,1 millones.
Enfarma también tiene temas pendientes con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). En total hubo cinco contratos por USD 33 millones. Los montos mayores fueron con la Dirección General y con el Hospital José Carrasco Arteaga, de Azuay.
Las causas legales son otro de los problemas que persiguen a la estatal. Hay 31 procesos. De estos, 19 son judiciales, tres denuncias en Fiscalía, cinco mediaciones y cuatro juicios. No se conocen detalles.
A la Contraloría se solicitó que realizara 39 exámenes especiales. Dos ya se ejecutaron.
Los analistas creen que faltó planificar mejor los objetivos de creación de la farmacéutica.
“Se convertiría en un competidor más, ya que hay una industria nacional con la capacidad necesaria”, opina Miguel Palacios, director de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos (ALFE). Su propuesta –dice– fue que la firma se encargara de producir fármacos oncológicos, que son de difícil acceso.
Para Enrique Terán, catedrático en Farmacología, la reflexión sobre la necesidad de una farmacéutica estatal va más allá de eso. Cree que el objetivo de Enfarma estuvo mal diseñado. Si se trataba de hacer un fármaco original o un genérico se requería de una inversión e infraestructura enormes. Para salvarla –dice– se debió apostar por la contratación técnica de medicamentos.
De aquella ‘plantación’ solo quedan cuentas pendientes.
En sus mejores años llegó a tener 144 empleados. Hoy no supera ni los 35.