Redacción Negocios
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Cada vez más empresas ven en la titularización una fuente de ingresos para fortalecer sus negocios.
Glosario
Titularización. Proceso en el que se emiten valores que son susceptibles de ser colocados y negociados en el mercado bursátil, con base en activos que existen o se espera que existan. Fideicomiso. Patrimonio autónomo constituido por los activos a titularizar.
Mercado bursátil. Es el conformado por ofertas, demandas de valores inscritos en el Registro del Mercado de Valores y en las bolsas de Valores.
Emisor u originador. Entidad que pone sus valores a la venta a través del mercado bursátil, con el fin de captar ahorros del público para financiar inversiones u obtener capital.
Emisión. Conjunto de valores que una empresa o institución pone en circulación para captar dinero.
Fiduciaria. Administradoras de fondos y fideicomisos y la Corporación Financiera Nacional que manejan fideicomisos.
Agente estructurador. Es la casa de valores que estructura financieramente la titularización.
Agente colocador. Es la casa de valores encargada de colocar los valores titularizados en las bolsas.
Asesor legal. Es quien ajusta el proceso de titularización, de acuerdo con las leyes vigentes en el país.
Agente pagador. Encargado de cumplir con los pagos de capital e intereses a los inversionistas.
En lugar de recurrir al crédito utilizan este mecanismo para conseguir dinero en efectivo a través de las bolsas de valores.
Telconet, empresa de servicios de telecomunicaciones, por ejemplo, necesitaba capital de trabajo para ampliar sus servicios, así que dio el salto con una emisión de títulos por USD 10 millones a cuatro años plazo.
Para garantizar el pago de esos papeles, la compañía comprometió los ingresos que obtendrá durante los próximos cuatro años, fruto de la venta de productos y servicios a un grupo de clientes, explica Ricardo Rivadeneira, gerente de la Administradora de Fondos del Banco de Guayaquil.
Los recursos comprometidos no pueden ser utilizados por la compañía. Y para que eso ocurra se transfieren a un fondo independiente, denominado fideicomiso, que servirá únicamente para pagar el capital y los intereses a los inversionistas cada tres meses.
A este proceso de convertir ingresos futuros en papeles se denomina titularización. El objetivo es vender esos papeles en las bolsas de valores y obtener efectivo.
En cada titularización, enfatiza Rivadeneira, se incluyen mecanismos de garantía que no permiten que falte el dinero para cumplir con los inversionistas.
A este tipo de titularización se la conoce como de flujo futuro y es la más demandada en el mercado bursátil del país.
Bernardo Ortega de la Bolsa de Quito, explica que el 68% de los montos negociados hasta agosto pasado corresponden a este tipo de titularizaciones. La Bolsa de Guayaquil también registra esta misma tendencia.
Dentro de este tipo de operaciones, Gabriel Rodríguez, de Fondos Pichincha, explica que las más frecuentes son de cartera hipotecaria o comercial, debido al buen momento que han vivido estos sectores en los últimos años.
Importadora Tomebamba, por ejemplo, emitió papeles por USD 15 millones para fortalecer su negocio de venta de autos.
Esta emisión, realizada a dos y cuatro años plazo y con un rendimiento entre el 8% y 9%, se respaldó con cartera de crédito.
En este caso, los inversionistas reciben sus dividendos (capital e intereses) cada tres meses.
En montos globales, las titularizaciones están en ascenso. Desde 2006 hasta agosto pasado se negociaron USD 1 393,3 millones.
Si solo se toma en cuenta lo negociado, entre enero y agosto de 2008-2009, las titularizaciones pasaron de USD 227,0 millones a USD 362,9 millones, es decir un crecimiento de 59,8%.
Una de las razones de este aumento para Gabriel Rodríguez, de Fondos Pichincha, es por la necesidad de alternativas de financiamiento, debido a las restricciones de crédito generadas por la crisis mundial y nacional.
En el caso de Fondos Pichincha, el año pasado administraron cerca de USD 120 millones y hasta la fecha de este año maneja unos USD 135 millones.
Rivadeneira recalca que a diferencia del crédito tradicional, que representa una tasa de interés del 11%, en promedio, con esta alternativa de financiamiento las empresas pagan un 8%.
Estos tres puntos porcentuales representan un ahorro significativo. A esta ventaja se suma el hecho de que los plazos son más largos y los inversionistas reciben un rendimiento mayor al de una póliza bancaria, cuya tasa está en 5,57%, según el Banco Central.
Esto se corrobora con la información de las bolsas. En Guayaquil, por ejemplo, las titularizaciones tienen un plazo promedio de 1 257 días y un rendimiento efectivo de 8,88%.
En la Bolsa de Quito, en cambio, las operaciones vencen en 1 694 días y la tasa de interés es del 7,62%. Pero en ambas hay rendimientos que llegan hasta el 9,5%.
El principal inversionista de este tipo de operaciones es el Seguro Social y en menor medida están los fondos previsionales de jubilación del magisterio, de la Policía y también los privados. Las instituciones financieras también son parte de este negocio, cuya expectativa de crecimiento a futuro aún sigue siendo muy amplia.