Relleno sanitario de El Inga. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
El Concejo Metropolitano de Quito conoció el informe de la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) sobre la situación del relleno sanitario de El Inga. Dos problemas afectan al sitio, ubicado entre Pifo y Sangolquí: la falta de tratamiento de lixiviados (líquido producto de la descomposición de la basura) y el inminente cierre del último cubeto donde se deposita la basura que genera la ciudad porque está a punto de cumplir su vida útil.
El martes 23 de junio de 2020 Xavier Sinche, nuevo gerente de la Emgirs, explicó al Alcalde y a los concejales que en caso de que no se intervenga en el lugar el sistema de almacenamiento de desechos colapsará.
Actualmente, el último de los cubetos, llamado 9B, recibe alrededor de 2 150 toneladas de desechos al día. La proyección es que el 5 de septiembre de 2020 se cierre porque ya no tiene capacidad para almacenar más. El funcionario dijo que se optimizarán los terrenos existentes y la compactación de la basura para alargar el tiempo necesario hasta que concluya la construcción del nuevo cubeto que sería, posiblemente, en octubre de este año. Este tendrá un costo de más de USD 2,3 millones. Existe un estudio que determina que se puede aprovechar toda la zona, con lo cual el relleno tendría vida útil entre 3 y 4 años más.
Sinche informó que el lunes de esta semana se entregaron las ofertas de nueve propuestas y se hizo de manera abierta y transparente para que cualquier veedor pueda seguir el proceso. También se efectuó la transmisión de la apertura de sobres. Se calcula que a mediados de julio arranque la construcción del nuevo cubeto y estaría listo en 90 días.
La Emgirs declaró en emergencia al relleno sanitario para contratar un proveedor que se encargue del tratamiento de los lixiviados. Sinche dijo que en las páginas oficiales de la empresa se publicó un estudio de mercado y se hizo una invitación masiva para recibir propuestas. Existen seis ofertas de empresas interesadas. La institución seleccionada se encargará de estos trabajos, por lo menos, durante un año.
“La idea es que a futuro la empresa asuma de manera directa el tratamiento de lixiviados. Por eso se trata de potenciar y dar mantenimiento a las plantas de tratamiento existentes. Además, se creará un laboratorio para hacer seguimiento y se firmarán convenios con la academia para que colabore en este proceso”, explicó Sinche.
La entidad puso en práctica un plan de emergencia para el tratamiento de los lixiviados acumulados en diferentes piscinas. Al momento las piscinas tienen una capacidad de 91 900 m3 y están ocupadas con 84 379 m3 de líquidos, es decir, existe un volumen adicional de 7 000 m3. Con ello se garantizaría el almacenamiento de estos desechos hasta finales de julio.
Durante la sesión, los concejales mostraron su preocupación por la falta de gestión del sistema sanitario en El Inga y reclamaron por la supuesta afectación de descargas de lixiviados. El edil René Bedón dijo que ha presentado una solicitud al Ministerio del Ambiente para que se investigue si han existido daños ambientales debido a un mal manejo de estos líquidos nocivos para la salud.
Los concejales enfatizaron en que esta propuesta no constituye una solución a largo plazo por lo que se deberían impulsar nuevos planes de reciclaje y manejo de desechos. Sinche señaló que mantiene contactos con la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) y la Secretaría del Ambiente para elaborar un plan de gestión de residuos. Asimismo, se han elaborado manuales y se ha brindado acompañamiento a la población con el fin de reducir la producción de residuos.