Terry Branstad tiene previsto estar desde el domingo 19 hasta el sábado 25 de mayo en la provincia de Qinghai (noroeste), donde viven numerosos tibetanos, y en la región autónoma de Tíbet (oeste). Foto: Facebook / Terry Branstad
El embajador de Estados Unidos en China visita esta semana Tíbet, algo inédito en cuatro años, pues el acceso a la región suele estar extremadamente controlado para los diplomáticos y periodistas extranjeros, indicó este lunes la embajada.
La visita de Terry Branstad tiene lugar dos meses después de que el Departamento de Estado estadounidense publicara un informe en el que afirmaba que Pekín obstaculiza “sistemáticamente” el acceso a las zonas de asentamiento tibetano.
Branstad tiene previsto estar desde el domingo 19 hasta el sábado 25 de mayo en la provincia de Qinghai (noroeste), donde viven numerosos tibetanos, y en la región autónoma de Tíbet (oeste), indicó a la AFP una vocera de la embajada de Estados Unidos.
“Esta visita es una oportunidad para que el embajador converse con líderes locales y aborde preocupaciones de larga data sobre las restricciones en la libertad de culto y la preservación de la cultura y lengua tibetanas”, dijo la portavoz.
“El embajador celebra esta oportunidad para visitar la región autónoma de Tíbet y anima a las autoridades a proporcionar acceso a la región a todos los ciudadanos estadounidenses”, añadió.
Terry Branstad mantendrá encuentros oficiales y visitará escuelas y sitios del patrimonio religioso y cultural.
“Esperamos que el embajador Branstad visitará Tíbet sin ningún prejuicio y que podrá extraer sus propias conclusiones con objetividad y respectando los hechos”, aseguró este lunes Lu Kang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, durante una rueda de prensa.
Su visita se produce en un momento de tensiones entre China y Estados Unidos, con una reintensificación de su guerra comercial tras unos meses de calma.
El anterior embajador de Estados Unidos en China, Max Baucus, visitó la región autónoma en mayo de 2015.
Para visitar Tíbet, los extranjeros necesitan un permiso especial. Para los turistas que ya tiene un visado para China, en general suelen recibirlo sin dificultad. Pero los diplomáticos difícilmente lo obtienen, y mucho menos los periodistas.
Las autoridades chinas justifican oficialmente sus restricciones por la voluntad de proteger a los visitantes de las duras condiciones climáticas en la región del Himalaya, donde la escasez de oxígeno debida a la altitud puede provocar mareos y vómitos.
Las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos acusan a China de reprimir la religión, la cultura y cualquier intento de separatismo del Tíbet. Pekín asegura que proteje la libertad de creencia religiosa en la región y que hizo grandes inversiones para modernizarla y aumentar el nivel de vida.