En este taller de Emaseo, en la av. Occidental, se trabaja 24 horas al día, en tres turnos. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
La falta de una flota completa de recolectores, un presupuesto limitado, retrasos en el cumplimiento de contratos y falencias en la cobertura para mejorar el servicio de recolección de basura son los principales problemas que actualmente enfrenta la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo).
Yolanda Gaete, su gerenta, trabaja en un plan de acción para subsanar vacíos en la recolección y optimizar recursos. La idea es recuperar maquinaria averiada y reducir el costo del traslado de desechos (USD 66 por tonelada).
La funcionaria señala que recibió una empresa en crisis el 11 de junio, con un déficit de USD 6,4 millones. Emaseo se financia con la tasa de recolección de basura que los quiteños pagan a través de la planilla de la luz. Se calcula que en este año se recaudarán USD 52 millones.
La proyección de Emaseo es ocupar solo ese monto y no apelar a otros recursos como el que se usó el año pasado. Tras la declaratoria de emergencia, en febrero (2018), el Municipio inyectó un capital de USD 5 millones y luego, en el segundo semestre, 7 millones.
De hecho, según el proyecto de reforma presupuestaria, no está prevista inversión municipal en Emaseo en este año.
El concejal Luis Reina dice que Emaseo no debería tener problemas económicos porque en junio del 2017 se actualizó la tasa de recolección de basura, con la intención de que Emaseo se autofinancie.
“Hay que fortalecer la capacidad de la empresa pública, entrar a un proceso de capacitación y equipamiento objetivo, armar un sistema de provisión de repuestos y de mantenimiento”, sugirió el edil.
Juan Carlos Avilés, del Colegio de Ingenieros Ambientales de Pichincha, señala que los ciudadanos no están pagando lo que corresponde, pero por razones políticas nadie topa el tema. Subraya que la tasa sigue siendo insuficiente, porque debería cobrarse recolección, transporte, disposición final y definir el cobro según factores como la producción de basura o las buenas prácticas de reciclaje, por ejemplo.
Uno de los gastos más fuertes corresponde al contrato con el consorcio Recobaq, proveedor de 54 recolectores, entre nuevos y repotenciados, que alcanza USD 73,8 millones; de ese monto, USD 58,7 millones están destinados al mantenimiento por 5 años.
Esos vehículos le pertenecen a Emaseo, pero están en un régimen de internación temporal y aún no están a su nombre. Además, Recobaq incurrió en varias demoras en la entrega de los recolectores que van entre los 4 y 203 días hasta ahora.
En el caso de los repotenciados, los retrasos se alargan, porque Recobaq aún no entrega cuatro recolectores y Emaseo no ha podido sacar de las calles a los 10 restantes, porque eso afectaría a la recolección en zonas contenerizadas.
Recobaq debía pagar hasta el 22 de abril una multa de USD 395 346, según la administración pasada, pero la actual está verificando el monto. Estas se aplican por retrasos en entregas de unidades, operatividad de la flota o auxilio mecánico.
La edil Gissela Chalá critica el contrato con Recobaq, que brinda mantenimiento a parte de la flota. Dice que funciona “como un Emaseo paralelo. Ese dinero debe invertirse en la empresa y no en otro lado donde se hace un trabajo similar”.
Emaseo tiene que presentar en 30 días un informe sobre los contratos con Recobaq y con Themac Andina y en 45 días otro sobre los 100 contratos por prestación de servicios, combustible y suministros.
Themac Andina puso en marcha el sistema de contenerización y también debía responder por el mantenimiento. Gaete explica que ese contrato se suspendió en marzo del 2018 y aún no se resuelve. Según la Gerenta, la limpieza y desinfección de los contenedores que debía realizarse en su sitio, ahora se hace en las instalaciones de Emaseo.
La empresa también debe entregar en 30 días al Concejo un plan para superar la crisis. Gaete adelanta algunas metas: es necesario reemplazar el barrido manual de calles por mecánico, mejorar la limpieza de chicles en plazas públicas y reforzar el personal y la maquinaria para la limpieza de quebradas, mercados y parques. En cuanto a la situación de personal, aún no se han contemplado acciones. Allí laboran 1 325 empleados, entre choferes y obreros (ver gráfico).
La proyección es ampliar la cobertura paulatinamente en sitios como los mercados, pues ahora solo se interviene en 20 de los 56 centros de abasto. Además, la empresa se concentra en los parques emblemáticos y aspira ampliar esa cobertura. También reforzar rutas en los extremos de la ciudad donde aún hay falencias.
Avilés apunta que los problemas de Emaseo no son nuevos y se deben a que no existe suficiente vinculación con la ciudadanía. “Creo que falta mucho en ello porque hay divorcio entre el Municipio y la gente. Las políticas son generales y no aterrizan en cada comunidad que tiene sus propios horarios, prácticas y hasta tipos de desechos”, sostiene.