Los candidatos presidenciales Donald Trump y Joe Biden usaron las redes sociales este 5 de noviembre del 2020, para referirse al recuento de los votos en Estados Unidos. Fotos: Reuters
Tal como sostenían los pronósticos, el candidato demócrata para la Presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, acortó sustancialmente la ventaja que tenía Donald Trump en Pensilvania. De lo que fue un 4% a favor del republicano, la diferencia se encuentra, a las 21:30 de este 5 noviembre, en apenas 0.7%.
En otro estado clave, Georgia, estaban empatados los dos en 49,4%, a falta de 1% para terminar la elección.
Era algo que los demócratas venían anunciando. En la mañana de este jueves, faltaba por contar en Pensilvania, cerca de un millón de votos que se habían depositado en el correo postal. Y la ventaja de Trump era de 165 000 votos. Pero esos votos que estaban pendientes provenían de las ciudades y sus suburbios demócratas, como Pittsburgh y Filadelfia. Y en Georgia, de las proximidades de Atlanta, donde también predominan los demócratas.
Los votos por correo se inclinaban, además, en un 70% para el demócrata.
Para el presidente, en cambio, se trata de un fraude y pidió a la Justicia que interrumpa el conteo en varios estados, en los que iba perdiendo, como Arizona y Nevada, o en Pensilvania y Georgia, donde el demócrata crecía sin cesar y reducía la diferencia.
“Nos quieren robar la elección”, dijo el Presidente en una conferencia de prensa. Y acusó de fraude al decir que “la maquinaria de la corrupción demócrata” en Pensilvania está detrás de todo. “Quieren los votos que necesitan y buscan la forma de conseguirlo y lo logran”.
El presidente dijo que va a haber litigaciones varias porque los demócratas han impedido que haya observadores. Y los que pueden estar tienen que usar binoculares para mirar las boletas por la lejanía, o que los delegados demócratas se interponen entre las mesas y los observadores republicanos para impedirles ver el voto.
Dijo sin pruebas que “decenas de millones” de votos han ido apareciendo, que votan los muertos, o gente que no reside en un distrito o que votaron varias veces.
Desde la campaña electoral, Trump sostenía que el voto por correo era una “estafa” y que iba a permitir el fraude. Ahora lo confirma, además de declararse ganador.