Los ciudadanos de Filipinas acuden este 13 de mayo del 2019 para las elecciones de medio mandato. Foto: AFP.
Los filipinos empezaron a votar este lunes 13 de mayo del 2019 en unas elecciones de medio mandato que podrían reforzar la posición del presidente, Rodrigo Duterte, y allanarle el camino hacia una reforma de la Constitución y el restablecimiento de la pena de muerte.
Más de 18 000 cargos públicos están en juego en estos comicios, incluyendo la mitad de los escaños del Senado, una institución que tuvo un papel crucial en los últimos tres años para bloquear algunas de las iniciativas más polémicas del otrora alcalde de Davao, la gran ciudad del sur.
Elegido en 2016, Duterte ha sido objeto de críticas por parte de los países occidentales por sus políticas violentas para combatir el tráfico de drogas y, a veces, incluso groseras. Pero sigue siendo muy popular en el archipiélago, sobre todo por su modo de hablar, sin tapujos, y una parte de los filipinos aún lo ve como un recurso creíble frente a la ineficacia de la que acusan a las élites políticas tradicionales.
Duterte se comprometió a restablecer la pena capital por crímenes relacionados con el narcotráfico en el marco de su feroz campaña contra los estupefacientes, en la que miles de presuntos traficantes y consumidores perdieron la vida.
Su programa de firmeza contra la criminalidad fue fundamental para su victoria en las presidenciales de 2016. Ahora, espera bajar la edad de responsabilidad penal de los 15 a los 12 años.
El lunes por la mañana, multitudesde electores esperaban afuera de los colegios electorales, incluso antes de que éstos abrieran. En total, 61 millones de filipinos están llamados a las urnas.
“Voté por muchos candidatos apoyados por el presidente Duterte porque su gobierno hace su trabajo”, explicó a la AFP Myrna Cruz, de 51 años, al salir del colegio electoral.
“Apoyo su programa, y sobre todo su campaña anti-drogas. Pero espero que cese el baño de sangre”, agregó.
Históricamente, los 24 miembros del Senado filipinos, elegidos por seis años, siempre han mostrado independencia de sus colegas de la cámara baja.
Obtener la mayoría en el Senado, algo imposible para Duterte según los institutos de sondeos, facilitaría indiscutiblemente la tarea del presidente, que tendría total libertad para hacer cuanto quisiera en materia de seguridad y de reforma constitucional.
La oposición advirtió reiteradamente que Duterte podría abolir el límite constitucional actual de mandatos, que es de uno único de seis años en el caso del presidente.
Cualquier reforma constitucional requiere del visto bueno del Congreso y de una aprobación por referéndum.
La reinstauración de la pena de muerte y la reforma constitucional fueron aprobadas sin problemas por la Cámara de Representantes desde 2016, pero hasta la fecha se toparon con el veto del Senado.
La pena de muerte fue abolida en 1987 en Filipinas, antes de ser reinstaurada seis años después y abolida nuevamente en 2006, tras una larga campaña de la iglesia Católica, que cuenta con 80% de fieles en el archipiélago.
Dos explosiones sin víctimas marcan la jornada electoral en sur
Dos explosiones que no causaron víctimas se produjeron hoy en la zona de mayoría musulmana del sur de Filipinas, horas antes de la apertura de los centros de votación.
Un artefacto explotó alrededor de la 01:00 de la madrugada en el municipio de Datu Odin Sinsuat, provincia de Maguindanao, mientras que una segunda explosión se produjo sobre las 04:30, según medios locales.
La segunda explosión tuvo lugar a tan solo 500 metros de un centro de votación, hora y media antes de la apertura de los colegios electorales.
El portavoz de las Fuerzas Armadas, Noel Detoyato, señaló que se están analizando los fragmentos para determinar el tipo de explosivo y que se han desplegado tanques en la zona para garantizar la seguridad durante la jornada de votación.
Por su parte, el director de la Policía Nacional, Oscar Albayalde, consideró que las explosiones buscaban “sembrar miedo” entre los votantes, pero no causar víctimas.
Según testigos, poco antes de la segunda explosión un grupo de hombres con camisetas en las que se leía MNLF (siglas en inglés de los rebeldes del Frente Moro de Liberación Nacional) entró al centro de votación y causó algunos desperfectos menores.
En la cercana ciudad de Cotabato también se produjeron dos explosiones que no dejaron heridos el domingo por la noche, víspera de la jornada electoral, aunque esos incidentes no se han catalogado como relacionados con los comicios a la espera de su investigación.
La violencia es habitual durante los procesos electorales en Filipinas, donde decenas de candidatos y simpatizantes son asesinados en cada uno de ellos, ya que la corrupción política se convierte en fuente de ingresos en un país con grandes bolsas de pobreza.
Según la Comisión Electoral, durante la campaña y precampaña se han producido 43 “incidentes violentos relacionados con las elecciones”, con un saldo de 20 muertos y 24 heridos.
Además, unas 200 personas han sido detenidas por intento de compra de votos, a razón de unos 1 000 pesos (17 euros) de media, aunque en algunos casos por tan solo veinte pesos (40 céntimos de euro), denunció la Comisión.