El comercio congestiona una vía de El Condado, en Quito

La calle John F. Kennedy está llena de locales comerciales de todo tipo. Foto: Andrea Medina / El Comercio

Unos 70 locales comerciales se extienden en apenas cuatro cuadras de la calle Jhon F. Kennedy, en el barrio Los Cipreses, de El Condado, en el norte de Quito. Y así como crece el comercio, la congestión vehicular ya se tomó la vía.

Lo que hace unos cinco años fue una calle residencial hoy está copada de restaurantes, tiendas de abarrotes, de ropa, panaderías, centros médicos, una plaza de comidas, barberías, una farmacia, entre otros. 

El movimiento es intenso en la zona, principalmente de lunes a viernes y en las mañanas. En ese horario es más complicado conseguir parqueadero. Pese a que un centro comercial es el vecino principal de la calle –y cuenta con sus propios estacionamientos- hay quienes ocupan este tramo de la vía para entrar y salir del mismo. 

Y eso ya ocasiona molestias entre los propietarios de algunos locales comerciales y de las viviendas del sector. 

Falta de estacionamientos genera congestión

Encontrar un espacio para estacionar y comprar en alguno de estos locales, de esta zona de El Condado, o entrar a comer en los mismos, es casi un reto en las mañanas y, a ratos, en las tardes.  

Al ser una vía angosta de dos carriles de circulación, y un tercero para el estacionamiento, el ingreso y salida continua del centro comercial también se suman a la congestión. 

Alexis Sánchez trabaja desde hace tres años y medio en la zona y ayuda a los conductores a estacionarse. Como él, a lo largo de la calle, hay cuatro personas más. Y cuenta que luego de la pandemia se incrementó el movimiento principalmente entre semana. “Todos los días está abierto todo. La congestión más hay el sábado y un poco el domingo”. 

Uno de los moradores de la zona, que prefiere no dar su nombre, cuenta que el desorden marcado por la congestión y la contaminación auditiva ya son una molestia en la zona. Y la delincuencia también se ha hecho presente. Él cuenta que para las casas y locales frente al centro comercial hay menos riesgos, por la presencia de guardias. Pero eso no sucede en la parte alta de la calle. 

“Junto a un local ya lo tomaron como parqueadero de motos. Un local cercano incluso cerró por esa razón y hasta se parquean en los garajes de las casas. Nos ha tocado poner conos afuera, es un relajo completo”. Los patrullajes casi no ocurren, según el vecino. Los vehículos pesados también ocupan un carril cuando se estacionan, cuenta. 

La falta de estacionamientos incluso es una molestia para los mismos locales. Wladimir Razo, atiende en un pet shop y cada mañana, cuando abre el local, primero tiene que pedir –y buscar a los conductores- que despejen los parqueaderos que son de su propio local.  

Movimiento comercial creciente

Hace unos 30 años, la parte baja del barrio Los Cipreses era netamente residencial. El movimiento comercial se disparó con la llegada del centro comercial y de ahí en adelante no ha parado. En la pandemia hubo una pausa, pero en los últimos tres años se despuntó. 

Así lo cuenta Luis Enrique Morales quien tiene un local de reparación de electrodomésticos desde hace seis años. El comerciante cuenta que lo que más se han abierto han sido restaurantes, que se agrupan en la zona media de la calle. También hay más movimiento cuando hay partidos en el estadio de la Liga, otro de los grandes vecinos del barrio.  

Lorena Naváez administra el restaurante Rincón Orense que está en el barrio desde junio del 2022. “Aquí está creciendo el comercio constantemente, hemos visto que algunos locales han cerrado pero que más han abierto”.  

Y por lo contrario a las quejas de los moradores, la cercanía con el centro comercial, dice Narváez, les resulta beneficiosa. “Hay gente que nos ve, cuando sale de ahí, y decide visitarnos y quedarse”. 

Esa ventaja también la ve Sofía Márquez de un local de venta de ropa que se abrió hace un año y medio. “Si tenemos gente porque hay compradores que les gusta lo que no encuentran en el centro comercial, y eso es bueno”.  

Una convivencia pacífica

Los moradores de esta zona, que aun es residencial, piden más controles para tener una convivencia pacífica con los mismos comerciantes y para que la congestión no se tome la vía.

Otro morador cuenta que, por ejemplo, la presencia de guardias por el centro comercial si ahuyenta a la delincuencia pero lo ideal sería que los patrullajes también sean continuos. Incluso para ayudar a los mismos dueños de los espacios comerciales.

Para evitar la congestión hay otras sugerencias. Los moradores piden que los buses (hay un línea que pasa por la estrecha calle) tomen una ruta alterna.

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