El presidente Lenín Moreno durante la reunión con su homólogo de EE.UU., Donald Trump, el miércoles 12 de febrero del 2020. Foto: EFE
La posibilidad de concretar un acuerdo comercial con Estados Unidos implica un esfuerzo de doble vía para el Gobierno ecuatoriano.
Tras la visita a Washington, en donde el presidente Lenín Moreno y su comitiva fueron recibidos por su homólogo estadounidense, Donald Trump, la Cancillería tiene una estrategia para lograr el respaldo del Congreso de ese país. Además, casa adentro, el Ejecutivo debe asegurarse de que la Asamblea Nacional esté en sintonía con una eventual suscripción de un tratado de este tipo.
El ministro de Relaciones Exteriores, José Valencia, explicó que la embajadora Ivonne Baki será la encargada de mantener un contacto permanente con congresistas, tanto del Partido Demócrata como del Republicano.
Antes de su designación, Carondelet anticipó que el nuevo embajador en Washington cumpliría un papel clave para catapultar las relaciones comerciales y promocionar la imagen del país.
En diálogo con EL COMERCIO, Baki ratificó que conversará “con todos” y no ocultó su cercanía con actores claves, como la Cámara de Comercio de EE.UU., organismo que agrupa a empresas con gran influencia política.
El jueves 13 de febrero, Baki sumó a su primera aliada: la congresista Debbie Mucarsel, quien es nacida en Guayaquil. Según la embajadora, la representante demócrata “apoya mucho” la intención del Gobierno ecuatoriano de fortalecer la cooperación bilateral con Estados Unidos.
Durante la ceremonia en la que Mucarsel recibió de manos del presidente Lenín Moreno la Orden Nacional al Mérito en grado de Gran Oficial, también estuvo presente Nancy Pelosi, presidenta del Congreso de ese país.
El reto principal, según Baki, será el corto tiempo para el cabildeo, pues este año se cierra el Sistema Generalizado de Preferencias Arancelarias y Ecuador busca que accedan a ese programa cuatro productos: alcachofas, flores, atún en funda y brócoli.
En abril se espera el arribo de un grupo de congresistas estadounidenses al país para avanzar en las tratativas.
Si bien en la Asamblea Nacional, el oficialismo no cuenta con una mayoría para la aprobación de leyes o resoluciones, los líderes de las principales bancadas de Alianza País (AP), Creo, Partido Socialcristiano (PSC) e independientes aplauden el acercamiento con el principal socio comercial del Ecuador.
Elizabeth Cabezas, de AP, y Fernando Flores, de Creo, sostienen que el Parlamento podría incluso apuntalar las gestiones para un acuerdo. Desde 2018 funciona un grupo interparlamentario que viene realizando acercamientos en el ámbito legislativo con el Congreso de EE.UU.
Solo el correísmo, en cuyo Gobierno el nivel de las relaciones entre los dos países alcanzó su nivel más bajo, ve con recelo los acercamientos.
En enero pasado, la atención de la Asamblea se enfocó en el acuerdo entre los dos países para el sobrevuelo de naves estadounidenses en territorio ecuatoriano, tras los reparos del anterior embajador, Francisco Carrión. La cooperación en seguridad fue otro de los ejes del viaje oficial del presidente Moreno.
Para el excanciller José Ayala Lasso, la Asamblea debería pensar más allá de ideologías políticas. “El Ecuador después de 10 años de socialismo revolucionario, es decir, de antiimperialismo retrógrada, ha abierto los ojos a las realidades internacionales y ha resuelto retomar los caminos de la democracia. A Trump le interesa fomentar ese cambio”, manifestó.
El diplomático apuntó que lo fundamental será la capacidad del equipo negociador. El modelo para un acuerdo de libre comercio estaría basado en el T-MEC, que Trump renegoció recientemente con México y Canadá.
Para el analista político Daniel Crespo, la figura de Ivonne Baki juega un rol importante, ya que deberá encargarse de hacer el ‘lobby’ necesario después del primer encuentro entre los presidentes.
“Estados Unidos entregó de manera rápida el beneplácito para que Baki sea embajadora. Eso ya nos quiere decir algo importante”, mencionó el catedrático universitario. Cree que en la posición actual, Ecuador no solo necesita un diplomático tradicional sino alguien capaz de potenciar sus contactos.
Crespo considera que el talón de Aquiles para este propósito es el hecho de que el Gobierno esté debilitado y sin una gran fuerza política detrás. Y el ambiente preelectoral que ya se vive para los comicios 2021. Él duda de que este año se logre concretar el acuerdo. A solo 15 meses de que termine el mandato, el tiempo juega en contra.