La embajada de Estados Unidos en La Paz rechazó el lunes 5 de octubre acusaciones de haber preparado un golpe de Estado en Bolivia y un magnicidio al presidente boliviano Evo Morales en 2008.
“Las acusaciones difundidas por algunos funcionarios del gobierno de Bolivia durante el fin de semana son absolutamente falsas y absurdas (sobre golpe de Estado y magnicidio)”, señala un comunicado de la embajada estadounidense.
El ministro boliviano de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, denunció el domingo que Estados Unidos preparaba un golpe de Estado contra Evo Morales, además de un magnicidio.
La denuncia de Quintana se basó en el libro “WikiLeaks: el mundo según el imperio estadounidense”, que ratifica que Estados Unidos preparaba acciones contra el gobierno de Evo Morales. “Este tipo de acusaciones infundadas no contribuyen a mejorar las relaciones bilaterales de Bolivia y Estados Unidos”, respondió la delegación diplomática en La Paz.
El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, por otra parte, no descartó convocar al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, Peter Brennan, para que esclarezca la denuncia sobre un golpe de Estado y magnicidio.
“Estamos en nuestro derecho y estamos en la obligación de esclarecer este episodio”, dijo. La crisis política de 2008 en Bolivia provocó la expulsión del embajador estadounidense Philip Goldberg por injerencia en política interna. Hace siete años que no existen embajadores en La Paz y Washington.
Morales reiteró hoy en un acto de homenaje a seis héroes cubanos que “es deseable, pero no es decisivo que tengamos embajador de Estados Unidos”. Agregó que los miembros de la embajada estadounidense se dedicaron en el pasado “a inmiscuirse en la política nacional”. El presidente Morales también ordenó en 2008 la expulsión de miembros de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y en 2012 de la Agencia de Desarrollo (USAID).