Francisco Carrión Mena ha sido canciller, viceministro de Relaciones Exteriores, embajador en España, y representante permanente ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Estados Unidos dio su beneplácito a Francisco Carrión. La semana que terminó, el diplomático de carrera presentó sus cartas credenciales y, con ello, ejerce oficialmente la representación en Washington.
Una de sus prioridades -asegura- será abrir las puertas que se cerraron en la década pasada con Estados Unidos y promover la cooperación.
¿Qué acciones concretas adoptará para restituir la relación con nuestro principal socio comercial?
Poco a poco tenemos que lograr lo más importante en las relaciones entre dos países: la confianza y la credibilidad. Esto se genera, paradójicamente, más en el Ecuador que en el exterior. Los hechos y las definiciones que se toman en el Ecuador repercuten en este mundo interconectado. Yo no soy más que un punto de apoyo para que precisamente esas puertas se vayan abriendo. En ese sentido uno de los temas principales es el comercial.
El ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, dijo que propondrá a EE.UU. un acuerdo similar al de la Unión Europea , ¿qué tan posible es?
No me quisiera adelantar. No estamos hablando de un grupo de países, sino de un solo país. Puede ser una base para lo que yo llamo un acuerdo estable de comercio. Es suscrito por las dos partes y no está sujeto a evaluación unilateral cada dos o tres años, como es el SGP (Sistema Generalizado de Preferencias). Las dos partes deben cumplir con los acuerdos convenidos y no depender de si nos hemos portado bien o mal.
En la actualidad también se quiere activar el Consejo de Comercio e Inversión, ¿qué se puede lograr con esa medida?
Es precisamente una de mis prioridades. Inclusive antes de venir, en mis conversaciones con el embajador de Estados Unidos en Quito, Todd C. Chapman, hablamos de la importancia de reactivar estos mecanismos que han estado bloqueados. Lo mismo le puedo decir sobre el comité o la unidad de concertación política con Estados Unidos, que estuvo paralizada desde el 2009. Este comité bilateral obliga a los dos países a dialogar, a saber cómo pueden colaborar, cómo pueden contribuir a un mejor relacionamiento.
El gobierno de Donald Trump ha priorizado el proteccionismo, con ese antecedente, ¿cómo es posible un acuerdo?
El presidente Donald Trump, en su legítimo derecho, prioriza la bilateralidad por sobre la multilateralidad. Nosotros tenemos que entrar a negociar si es que hay apertura del lado norteamericano. No diría de igual a igual, pero con los principios básicos que forman parte de la conducta internacional de los países.
¿Cuánto pesa la falta de un tratado de Protección a la Inversión?
El momento en que no hay tratados o límites establecidos en ambos países se genera desconfianza, falta de credibilidad, porque esto puede cambiar de un momento a otro. Por eso, lo importante es fijar esos lineamientos y no solo en términos de tratados bilaterales, también con leyes internas.
¿Cuáles, por ejemplo?
En Ecuador tiene que haber seguridad jurídica a largo plazo que le permita al empresario estadounidense interesarse en el país Si mañana se cambian las leyes, obviamente ese inversionista que tiene algún interés en el Ecuador se va a llevar el dinero a otros países que le ofrezcan una estabilidad mayor o la seguridad para estar más tranquilo en cuanto a la inversión que hace.
En las últimas semanas han llegado a Ecuador varias misiones de alto nivel de Estados Unidos., ¿qué evidencia eso?
Es una de las manifestaciones de esta aproximación, de esta apertura de puertas que estamos empeñados en lograr. Y eso está basado en los intereses que cada una de las partes tiene. Una especial de Ecuador es la exportación de bienes porque permite sostener la dolarización. Y a los Estados Unidos le conviene la compra de productos nuestros y la venta de los suyos. Es un ganar ganar para Ecuador y Estados Unidos.
En cuanto al combate al narcotráfico, ¿hay la predisposición para aceptar la ayuda de Estados Unidos, por ejemplo en lo que tiene que ver con equipamiento y capacitación?
Si Estados Unidos, en pleno y absoluto respeto a la soberanía nacional nos ofrece capacitación, por ejemplo, yo creo que, en lo personal, debemos aceptarla. Siempre bajo estas condiciones de que nosotros definamos en qué ámbito esta colaboración se puede dar.
¿Qué se buscará en materia de migración, tomando en cuenta que la administración de Donald Trump no comparte los principios que profesa Ecuador?
En el proceso de migración hay siempre dos partes. El país del que se migra y el país de recepción. De las dos partes se tiene que buscar mecanismos, acuerdos para solventar esto que se refiere a seres humanos. Es lo más importante. Todos los seres humanos tiene derechos. Haré lo que esté a mi alcance para atender a los ecuatorianos. No es un asunto fácil.
¿En qué medida el papel de la actual canciller María Fernanda Espinosa y la forma en que manejó el caso Assange puede influir en la relación con EE.UU.?
Yo no me atrevería a adelantarme con un criterio sobre ese caso. Es complejo. Dejaría que sea la Cancillería la que se pronuncie. Poco puedo decir salvo mi criterio personal que no interesa tanto como el de la Cancillería y la Canciller.
El presidente Lenín Moreno dijo que Assange es una piedra en el zapato…
Es lo dicho por lo Presidente. Es importante resolver este asunto por muchas razones, incluyendo la situación personal de salud del señor Assange y todo lo que está alrededor y puede tensar la relación
entre los dos países.