En Lanham, en el estado de Maryland, y protegidos por vidrios, los votantes acudieron ayer a depositar el voto para Presidente. Foto: EFE
La polarización en Estados Unidos ha hecho prever que las elecciones presidenciales del próximo martes, entre el presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden, sean las de mayor participación en la historia contemporánea del país. Podría, incluso, superar el 61,6% que hubo en el 2008, cuando Barack Obama fue proclamado ganador para ocupar la Casa Blanca.
Y hay dos hechos que llevan a creer que esta proyección es posible: el voto anticipado y el de correo postal. Hasta el jueves, por la pandemia de coronavirus, más de 80 millones de personas ya habían sufragado. La mayoría de esos votantes están registrados por el Partido Demócrata. En el 2016, un total de 57 millones de personas votaron por adelantado.
Sin embargo, según la cadena Fox News y Daron Shaw, codirector del Departamento de Encuestas de la Universidad de Texas, los republicanos tienen una mayor tradición de hacerlo en el día oficial del sufragio, por lo que aún es temprano para hacer algún tipo de proyección.
Las elecciones en Estados Unidos no son de carácter nacional, sino estatal. En realidad, ni siquiera se vota por el Presidente, sino por delegados al Colegio Electoral, que se inclinará por uno de los dos aspirantes a la Casa Blanca.
Además, cada estado tiene su propia ley electoral y pone las condiciones para validar los votos por correo, un sistema que no acapara la atención de los jóvenes, quienes han usado muy pocas veces el sistema postal en sus vidas.
Además, aunque los 50 estados definan al Presidente, también hay más cargos que elegir. En Texas, los que votan por correo recibieron ocho páginas de la boleta electoral. A más de la fórmula para el Ejecutivo, tienen decidir por senadores, representantes nacionales, la legislatura estatal e incluso los miembros de la asociación del barrio.
En Takoma Park, una ciudad del estado de Maryland, recibieron cuatro páginas, en las que se incluyen miembros de la próxima Junta de Educación.“Hay, sin duda, una fatiga electoral”, dice Shaw.
El récord de votos anticipados por correo ha hecho que se tema también una masiva anulación de sufragios por la cantidad de requisitos que se exigen y por los cambios que se han debido hacer debido a
la pandemia.
Sin embargo, Shaw no cree, como lo ha dicho Trump, que la oficina de correo postal se sature y esto pueda dar paso a un fraude. “Recibirá tantas cartas como ocurre en Navidad”, señala irónicamente.
Los votantes incluso han tenido que ir cambiando de decisiones en el transcurrir del tiempo. Lee Viteri, un estadounidense-ecuatoriano, votó por correo en las primarias locales de Miami. Luego decidió, junto con su esposa, hacerlo de manera presencial y anticipada para las presidenciales.
“Mi esposa y yo no quisimos arriesgar este voto porque lo consideramos el más importante para el futuro de este país y del mundo”, dijo en una conversación con este Diario.
Este arquitecto está convencido de que las decisiones sobre el medioambiente en los próximos cuatro años tendrán un impacto global, razón suficiente para que “decidiéramos ir personalmente a depositar las boletas en un buzón localizado en uno de los sitios en donde se podía votar anticipadamente”.
Las cifras del voto anticipado son muy altas. Incluso en Pensilvania, donde la tradición es acudir a sufragar el día oficial, que lo haya hecho ya el 34,3% es una señal que se debe considerar para lo que ocurra desde el martes.