Estados Unidos formuló el miércoles un pedido al gobierno de China para que investigue lo ocurrido con los muertos, detenidos o desaparecidos durante la represión en la plaza Tiananmen en 1989, en momentos en que se cumple el 25 aniversario del sangriento episodio.
“Después de 25 años, Estados Unidos aún deplora el uso de la violencia para silenciar las voces de los manifestantes pacíficos en la plaza Tiananmen y sus alrededores”, expresó una nota oficial de la Casa Blanca.
El documento fue divulgado en medio de crecientes tensiones entre los dos países a raíz de episodios como la alegada invasión a empresas estadounidense por militares chinos o lo que Washington denomina la “conducta agresiva” de Pekín en el Mar de la China Meridional.
“Después de 25 años, Estados Unidos sigue honrando la memoria de aquellos que dieron sus vidas en al plaza Tiananmen y sus alrededores, y en toda China, y llamamos a las autoridades chinas a investigar lo ocurrido con los muertos, detenidos o desaparecidos”, apuntó la nota.
El documento de la Casa Blanca señaló no obstante que el gobierno y el pueblo estadounidense saludan el progreso económico chino en las últimas décadas, y desean mantener buenas relaciones con el país.
Sin embargo, añadió el documento, Estados Unidos no dejará de expresar sus diferencias.
Washington presionará al gobierno chino a “que garantice los derechos universales y las libertades fundamentales que son innatos a todos los ciudadanos chinos”.
Por su parte, el Secretario de Estado, John Kerry, pidió la liberación de todas aquellas personas que aún cumplen pena de prisión por lo ocurrido en la plaza Tiananmen hace un cuarto de siglo.
El jefe de la diplomacia estadounidense pidió el fin de la “actual política de amenazas, detenciones y represalias oficiales contra quienes participaron en las protestas y sus familiares”.
“El progreso continuado será definido por la apertura, no solo al resto del mundo, sino también a las voces y las diversas perspectivas de los ciudadanos chinos”, apuntó Kerry.
Para el Secretario de Estado, “una discusión y un examen abierto de los eventos de 1989 y un investigación pública sobre los muertos, detenidos o desaparecidos sería una señal de fuerza y recuperación, no de fragilidad y división”.