Redacción Mundo y Agencias
La tregua entre Cuba y Estados Unidos parece haber llegado a su fin, tras la decisión del presidente Barack Obama de incluir a la isla en la lista de países que patrocinan el terrorismo, lo cual obligará a que todos los ciudadanos cubanos pasen por filtros especiales de seguridad en los aeropuertos estadounidenses, como medida precautelar.
Incidente en New Jersey
Ayer fue puesto en libertad Haison Jiang, quien el jueves puso en jaque al aeropuerto de Newark, New Jersey, al no obedecer las disposiciones de los encargados y traspasar sin permiso la zona de seguridad, al parecer solo para saludar a una amiga.
La severidad del castigo (cárcel por actitud desafiante) fue una demostración de cuán serio es el tema de la seguridad en los EE.UU. en estos momentos.
La actitud de Jiang obligó al cierre de la terminal C del aeropuerto durante horas y a que miles de pasajeros tengan que volver a ser escaneados.
“Esta dura lección ayudará a que la gente se discipline y nos ayude a mantener el sistema de control”, aseguró Ann Davis, vocera de la Administración de Seguridad del Transporte.
Esta disposición está vigente desde el 4 de enero. Al siguiente día, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Sección de Intereses de Cuba en Washington presentaron una nota de protesta a la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana y al Departamento de Estado, respectivamente.
En la nota, el MINREX rechazó la acción del Gobierno de los Estados Unidos, por considerarla hostil. “(…) la inclusión injustificada de Cuba en la llamada lista de Estados patrocinadores del terrorismo, por razones meramente políticas, que tienen como único propósito justificar la política de bloqueo que la comunidad internacional condena de manera abrumadora”.
Sin embargo, la reacción del Gobierno cubano se hizo pública recién el viernes pasado en el periódico oficial Granma. A través de un comunicado de su Cancillería, Cuba manifestó su enorme malestar por “arbitraria e injustamente, estar incluidos en la lista junto a Irán, Siria y Sudán, así como otros países considerados ‘de interés’, que son: Afganistán, Argelia, Iraq, Líbano, Libia, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudita, Somalia y Yemen”.
Las medidas también serán aplicables a cualquier persona que haga escala en estos 14 países. Y, según el mismo comunicado cubano, los pasajeros que califiquen en estas categorías serán objeto de cacheos corporales, su equipaje de mano será minuciosamente revisado y serían sometidos a refinadas técnicas de detección de explosivos o de escáner por imágenes.
La protesta hecha por el cuerpo diplomático de Raúl Castro, dirigido por el canciller Bruno Rodríguez, cuenta con la comprensión de gran parte de la comunidad internacional. A diferencia de lo que suele suceder con otras tomas de posición de La Habana ante Washington, en este caso muchas cancillerías europeas y de otros socios de EE.UU. cuestionan la política de la Casa Blanca contra Cuba.
La estigmatización de la isla como territorio franco para los terroristas y de su Gobierno como protector de criminales “no tiene sentido”, le dijo el viernes al diario La Vanguardia, de Cataluña, un diplomático europeo, que prefirió la reserva de su identidad.
Incluso en EE.UU. la decisión del presidente Obama ha sido tomada como controvertida. Tal como el Ministerio cubano de Exteriores se encargó de reseñar, un destacado articulista del periódico Washington Post tildó el martes de “inmerecida y ridícula” la designación de la isla como protector de terroristas. Y añadió que buscar terroristas en vuelos procedentes del país caribeño, como se hace con los nacionales de 14 Estados musulmanes tras el intento de atentado en un avión que iba a Detroit en Navidad, es “una pérdida de tiempo”.
El canciller Rodríguez también replicó las acusaciones de apoyo a los guerrilleros colombianos de las FARC y el ELN. “Cuba ha sido parte del Grupo de Países Facilitadores del diálogo para la paz en Colombia y su postura transparente y ayuda al proceso han sido reconocidas por la ONU y el propio Gobierno colombiano”, respondió La Habana.
Cuba acusó a los gobernantes de EE.UU. de ser ellos los que han amparado a terroristas y asesinos, entre ellos los que hicieron estallar un avión con 73 pasajeros, la mayoría cubanos, en 1976. El atentado fue supuestamente organizado por Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, “que residen impunemente en Miami”.