La educación vial en las aulas de colegios del Ecuador es débil

En 2017, los estudiantes de la UE San Andrés recibieron la última charla de tránsito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

En 2017, los estudiantes de la UE San Andrés recibieron la última charla de tránsito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

En 2017, los estudiantes de la UE San Andrés recibieron la última charla de tránsito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

En las aulas, la formación en temas viales es esporádica. Esto ocurre pese a que la Ley de Transporte Terrestre y Seguridad Vial, vigente desde 2008, dice que el Ministerio de Educación y la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) debían desarrollar y aplicar de forma obligatoria programas educativos referentes a estos temas.

La idea era trabajar con los 3 millones de alumnos de educación básica, es decir de primero a décimo año, de las 16 000 instituciones que hay a escala nacional.

En el colegio Andrés Bello, en Quito, su rector Luis Heredia recuerda que desde el 2008 al 2013 los estudiantes de quinto y sexto curso de Bachillerato tenían la opción de tomar el curso de educación vial como requisito para graduarse, pero dejó de aplicarse.

En ese tiempo, alumnos de secundaria, vestidos con jeans, camisetas blancas y gorras azules dirigían el tránsito y ayudaban a los peatones a cruzar las calles. Ese curso duraba 200 horas y lo impartía el personal de la Policía.

“Pasó de ser algo importante a solo unas horas de charlas por parte de los padres de familia”, dice Heredia.

En otro colegio, los alumnos aseguran que la última vez que recibieron una charla sobre educación vial fue hace tres años y duró solo una hora.

El Ministerio de Educación y la ANT han implementado un contenido de seguridad vial que está introducido en los libros de Ciencias Sociales que el Estado entrega en los planteles.

Miguel Osejos, rector de la Unidad Educativa Pisulí, donde estudian 1 017 estudiantes en dos jornadas, asegura que ese contenido es corto y se puede difundir en apenas dos horas de clase.

En el colegio particular San Andrés (centro de Quito) los 675 estudiantes recibieron una charla con la Policía y les hablaron sobre tránsito. Pero ocurrió en el 2017 y desde entonces no hubo más difusión.

El vicerrector de ese colegio, Carlos Quinteros, señala que es “muy poco” lo que se imparte sobre educación en las vías.

En el colegio Andrés Bello, los padres de familia ayudan a estudiantes a cruzar la vía. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

En este plantel prefieren organizar internamente brigadas de padres de familia para que ayuden a cruzar a los estudiantes la calle y para evitar robos.

Desde junio pasado, la Asamblea Nacional plantea reformar la Ley de Tránsito e incluir obligatoriamente una materia de educación vial en todos los planteles educativos privados y del Estado. En esta semana se recibirá más propuestas para incluirlas en el primer debate.

En ese mes, representantes del Ministerio de Educación comparecieron en la Comisión legislativa especial, que analiza el tema.

Según Marcelo Simbaña, integrante de la Comisión, los funcionarios de esta secretaría de Estado reconocieron que hubo “descuidos” y que corregirán la ausencia de formación vial en los centros educativos.

Para el 2019 estará lista una guía docente de educación vial para que los maestros puedan aplicarlo en el aula desde primer grado hasta décimo grado. Ese material fue elaborado por el Ministerio de Educación y validado por personal de la ANT.

En planteles educativos como el Roberto Arregui (noroccidente de Quito) hacen brigadas de padres de familia, pero por temas de delincuencia.

En la Providencia Fe y Alegría, también ubicadas en Quito, en cambio, se han enfocado en la educación ambiental

Sus autoridades dicen que la formación en tránsito es esporádica.

Con la educación vial se pretende reducir los 2 153 fallecidos por accidentes de tránsito que hubo en 2017 en el país. De enero a octubre van 1 802, indica la estadística de la ANT.

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